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El Mandaloriano. Serie 2020

  • 17 de enero de 2021
  • por Manuel Pastorino

¿Crees que es posible que dos géneros tan diferentes como el western y las aventuras espaciales pueden fusionarse para hacer un producto de éxito? Pues aquí tenemos la respuesta.

Sobra decir que la saga Star Wars es la franquicia espacial y de ciencia ficción más popular del mundo. Hasta la fecha en la que estoy escribiendo esta reseña, se han realizado 9 películas troncales (episodios I-IX) y 2 complementarias o spin off (Rogue One y Han Solo) y se están preparando más películas y anunciado oficialmente muchas series de la misma saga. Entre todas estas obras hay muchas opiniones encontradas dentro del extenso fandome de Star Wars, unos trabajos gustan más que otros. Pero en lo que prácticamente todos los «warsies» estamos de acuerdo es que esta serie estrenada en marzo de 2020 en España nos ha encantado. Muchos estamos de acuerdo en el por qué: Se ha recuperado la esencia de los primeros Star Wars (que llamábamos La Guerra de las Galaxias), su estilo, su forma de contar historias, su ambientación y sus aventuras.

La sinopsis es muy sencilla y está basada y ambientada en el universo creado por George Lucas. Cronológicamente se desarrolla después del episodio VI El Retorno del Jedi, concretamente 5 años después tras la caída del Imperio pero antes de la formación de la Primera Orden.  La serie nos cuenta las aventuras de Mando, un mandaloriano de pura cepa que tiene como misión proteger a Grogu, un casi bebé de la misma especie que el maestro Yoda al que ha de entregar a un Yedi. La narración nos recuerda mucho al género Western, ya que el protagonista se ha de mover por varias localizaciones, cumpliendo misiones para dar el siguiente paso como si de una aventura gráfica se tratase. Para ello, irá conociendo gente, completando su armadura y usando armas diferentes.

El responsable de esta maravilla de serie es Jon Favreau (exacto, el Happy de Marvel) que ha sido capaz de embelesarnos a todos con el universo Star Wars. Para ello contó con un hasta ahora desconocido Pedro Pascal en el papel protagonista el cual enseña el rostro muy contadas veces durante la serie ya que uno de los rasgos principales del credo mandaloriano es no quitarse nunca el casco ante nadie.  Casco que, por cierto es casi idéntico al de Boba Fett, lógicamente por ser del mismo credo. Como secundarios tenemos a Gina Carano como Cara Dune, una mujer de armas tomar y exsoldado rebelde ahora actuando como mercenaria y gran compañera de Mando. Sin olvidar a Giancarlo Espósito que nos hace de el gran villano de la serie (hasta la fecha emitidas 2 temporadas) Moff Gideón, un exoficial de la Oficina de Seguridad Imperial, de la policía secreta del Imperio, cuya vida cambió después de que los rebeldes destruyeron la segunda Estrella de la muerte. También se pasarán por la serie personajes clásicos de la saga que no habíamos visto hasta ahora en imagen real… y hasta ahí puedo leer.

Pero sin duda, uno de los mayores atractivos de la serie es Grogu, el mal llamado «baby Yoda» por ser de la misma especie que dicho maestro Yedi. Hasta bien entrada la segunda temporada no conocíamos su nombre, simplemente se le llamaba «el niño».  Grogu ha sido un éxito arrollador, es ya uno de los personajes más queridos de toda la cultura friki popular. Sus productos se han disparado en ventas y es ya conocido hasta incluso por lo que no son fans de Star Wars. Este bebé derrama ternura por los cuatro costados y además es poseedor de un poder potencialmente extraordinario, ya que vemos cómo empieza a tener poderes y habilidades mentales que sólo un verdadero Yedi es capaz de desarrollar.

Debido a, por un lado el éxito de esta serie y por otro, lo mucho que me ha gustado personalmente, me he animado a «maniqueizar» a Mando y sumar un gran activo entre mis filas de pinochos. Tengo que reconocer que no ha sido nada fácil hacerlo por la cantidad de detalles que contiene y, si ya has visto más de mis trabajos y leído otras reseñas en esta web, sabrás la importancia que le doy a dichos detalles así como a intentar reflejar los colores exactos de cada personaje que represento. En este caso también he querido cambiar la base, hacerla diferente y representar en ella los paisajes que vemos en la serie, paisajes desérticos, llenos de roca y por supuesto, su correspondiente símbolo pero en este caso en 3D: El símbolo mandaloriano representado con la calavera de un Mithosaurio.

Y, claro, como ocurrió en el caso de C3Po y de Mortadelo, no podía hacer al Mandaloriano sin su Grogu. Me he animado también a hacerlo directamente modelado de pasta de porcelana, ya que la morfología de este personaje no me permitía usar un maniquí aunque fuese más pequeño como hice con Antman. Al menos, mi Mando ya tiene a su Grogu. 

ESTE ES EL CAMINO

He hablado…

Mortadelo y Filemón. Cómic español

  • 14 de diciembre de 202014 de diciembre de 2020
  • por Manuel Pastorino

«Va la T.I.A. y se pone al día», «El sulfato atómico», «Valor y al toro», «la elasticina», «Cacao espacial», «La tergiversicina», «El ansia de poder»… Todos estos y muchíiiiimos más son títulos de algunos de los álbunes de la que es con mucha probabilidad la pareja más famosa del cómic español: Mortadelo y Filemón.

Creo no equivocarme cuando digo que no hay ni un solo español, sea de la generación X, generación Z, millenian o preconstitucional que no conozcan a estos dos agentes de la T.I.A. y sus aventuras. Es que incluso sin haber leído ni una de sus disparatadas y accidentadas historias, todo español identifica de un sólo vistazo a estos dos personajes y les pone el nombre al momento. El impacto y los sedimentos que han dejado en niños y mayores en sus más de 60 años de historia ha sido monumental. Lo mismo pasa con el gran Superlópez de los lápices de Jan.

Todo esto no sería posible, lógicamente sin su creador, Francisco Ibáñez, un barcelonés  con mucho talento para el dibujo y guiones locamente divertidos. Como ya he dicho, Mortadelo y Filemón tienen más de 60 años de historia. Fueron creados en 1958 y el 20 de enero de de ese año se publicó la primera historia de estos colosos del cómic en el número 1394 de la revista Pulgarcito con el título genérico de Mortadelo y Filemón, agencia de información. Y ya a partir de entonces comenzó un no parar de popularidad y aceptación por parte de los lectores hasta el día de hoy.

Aquellas primeras historias rara vez superaban las 4 páginas y el dibujo era sencillo y efectivista. Ambos personajes se dibujaban con una gran nariz (más grande que la actual), con rasgos muy sencillo y movimientos más limitados. Mortadelo era despistado, sin sentido común y con la habilidad de cambiar de disfraz en un momento y en varias ocasiones, habilidad que le sigue caracterizando también hoy día. Filemon era más serio, más «jefe», autoritario y cumplidor. Se le dibujaba con gabardina, sombreo y pipa como buen detective que quería ser y Mortadelo ya empezó llevando su famosa levita que actualmente conserva y que se ha convertido en un icono imprescindible se su imagen. Eso sí, también solía portar bombín ingles y un paraguas plegado.

La imágen de estos personajes ha cambiado hasta el día de hoy. Mortadelo se destaca por ser más directo y atrevido, quizá más inocente pero que, personalmente su habilidad de cambiar de disfraz me fascinaba. Filemón, o jefe, es más serio y eficaz, o al menos pretende serlo. Muchas veces es víctima de las acciones e iniciativas de su compañero.

Pero no están solos en sus historietas, ¿Quién no conoce al señor Súper? El superintendente Vicente de la T.I.A, acrónimo de Técnicos de Investigación Aeroterráquea, agencia en la que trabajan. O la Ofelia, una secretaria de peso que está loca por Mortadelo. No podemos olvidar al profesor Bacterio, inventor de cachivaches que ayudarán a nuestros protagonistas en sus misiones aunque varias veces tendrán el efecto contrario. Y la femme fatale Irma, otra secretaria que tiene en Mortadelo el mismo efecto que éste en la Ofelia.

El estilo del cómic es muy peculiar. Por supuesto el tono de las historias es el humorístico y tambíen tiene buena presencia la crítica social y costumbrista de España. Las historias suelen estar divididas en segmentos como si fueran capítulos de una serie. El súper les plantea una misión dentro de un mismo arco agumental o parte de una historia más grande, Mortadelo y Filemón la «resuelven» y acaba en persecución. Esto dura unas 8 páginas y se repite hasta acabar la historia.

Personalmente me encantan estos personajes, me he criado con ellos y son los primeros cómics que leí. Actualmente tengo muchísimos de sus álbunes, todos leídos y releídos lo que me ha llevado a conocerlos bien. Estos son un encargo de un amigo, pero ya os digo que tarde o temprano los hubiera hecho para mí. He intentado reflejar el carácter cartoon o caricaturesco de sus dibujos, por lo que he aumentado el tamaño de las cabezas y he adaptado el cuerpo del maniquí a los rasgos de Ibáñez. He intentado reflejar en sus caras el espíritu comiquero humorístico español que sólo Ibáñez sabe darle.

 

Filemón: Usted fue el inventor de una loción infalible contra la calvicie ¿verdad?

Mortadelo: ¡Sí, fue él! Y yo fui su primer sujeto de prueba… ¡Por aquel entonces me llamaban “Mortadelo el melenudo”!

Bacterio: Bueno… ¡Ejem! Lo pasado, pasado y pelillos a la mar ¿eh?

 (Mortadelo y Filemón, El sulfato atómico 1969)

 

 

El Chavo del 8

  • 9 de octubre de 202010 de octubre de 2020
  • por Manuel Pastorino

El mundo de la TV nos ha dado diversión y entretenimiento vestidos de muchas formas diferentes como la acción, aventuras, terror, drama y ciencia ficción. Pero en lo referente a humor blanco, la TV también nos ha dejado auténticas joyitas en el campo de las series. Una de esas series ha sido El Chavo del 8 y, tal como lo dice en su propia presentación, El Chavo es «el programa número 1 de la televisión humorística».

Parece mentira que una serie como el Chavo del 8 ha estado muy presente en nuestras vidas desde 1973, año en que se emitió el primer capítulo en la TV mexicana. El Chavo junto con don Ramón, la Chlindrina, Kiko, el sr. Barriga, doña Florinda, el profesor Jirafales, Ñoño y la Bruja del 71 han sido las piezas que han construído una serie y un concepto televisivo original y divertido. Si bien muchos piensan que se repiten en muchos conceptos, frases y situaciones, EL Chavo parece tener esa magia especial que tienen las series de situación de este tipo que hace incluso agradable volver a ver sus capítulos. 

Personalmente, me he reído mucho con muchas de esas situaciones y «gags» que la hacían tan única. Los actores siempre han estado a la altura, se notaba esfuerzo y entrega de su parte a la hora de interpretar un personaje que lograban arrancar una sonrisa. En mi opinión, las risas enlatadas que se reproducían detrás de cada chiste no eran para nada necesarias, pues los juegos de palabras, las expresiones y las frases demoledoras unidas a la naturalidad con que se representaban, las hacían totalmente prescindibles.

La sinopsis de esta serie no podía ser más sencilla. Cuenta las historias y situaciones que ocurren dentro de una vecindad, una comunidad de vecinos de casas bajas donde conviven gente muy diferente. En medio de esas situaciones está el Chavo, un niño pobre que llegó a parar a esta vecindad y tiene como escondite un barril. Barril que se ha convertido en un símbolo de esta serie y siempre está presente en cada escena como testigo mudo de las vivencias de sus vecinos.

El Chavo se presenta como una persona humilde e inocente cuyo único sueño, además de encajar bien en la vecindad, era comerse una torta de jamón como Dios manda (un bocata de jamón york con tomate, lechuga y lo que queramos ponerle). En momentos de la serie el Chavo era víctima de las travesuras de otros niños como Kiko y la Chilindrina, pero otras veces mostraba un ingenio propio de alguien que se ha tenido que buscar la vida en la calle.

El Chavo estaba interpretado por Roberto Gómez Bolaños más conocido como Chespirito, también interpretó otros personajes como El Chapulín Colorado y el doctor Chapatín. Chespirito nos dejó en noviembre de 2014 dejando atrás toda una legión de fans que lo amaban y lo querían por todo el mundo. Sus personajes alcanzaron una gran popularidad hasta tal punto que no podía dejar pasar la oportunidad de «maniqueizar» a el Chavo y al Chapulín. 

No he querido que le falte ni un detalle, su barril me parece otro personaje más de la serie y no puedo concebir al Chavo sin él. Tampoco he querido dejarle sin juguetes y por supuesto, sin su merecida torta de jamón. 

¿También veías y te gustaba el Chavo? ¿te ha gustado esta reseña? si no es así… «es que no me tienen paciencia»

El Chapulín Colorado

  • 1 de octubre de 202010 de octubre de 2020
  • por Manuel Pastorino

Más ágil que una tortuga… más fuerte que un ratón… más noble que una lechuga… su escudo es un corazón… es… ¡El Chapulín Colorado!

No necesitaba superfuerza, ver a través de los objetos, lanzar rayos con las manos ni capacidad de volar. El Chapulín Colorado sólo necesitaba de su «ingenio» particular, sus cachivaches y por qué no decirlo, un poco de suerte. Pero tan sólo esas habilidades especiales le bastaron para ganarse un hueco muy grande en el corazón de millones de personas que lo vimos en los 80 y principios de los 90 en España. ¡Síganme los buenos!

Este superhéroe mexicano fue encarnado por el genial humorista o supercomediante Roberto Gómez Bolaños más conocido como Chespirito quien nos dejó en Noviembre de 2014. Chespirito es considerado un icono del humor y la actuación no sólo en su México natal sino en toda América latina, España y EEUU. Sus actuaciones socarronas, llenas de juegos de palabras, energía y entrega han dejado una huella indeleble en nuestro más profundo ser infantil.

Uno de sus más famosos personajes es el Chapulín Colorado, el superhéroe mexicano por excelencia con el permiso de El Zorro enmascarado. Este personaje nos demostró que no hacía falta estar supercachas, ser joven y tener superpoderes para desfacer entuertos, ayudar a los necesitados y proteger al inocente. Todo comienza cuando alguien grita desesperadamente «¡Oh, y ahora ¿Quién podrá defenderme?!» seguidamente escuchamos el famosísimo «¡YO!», quizá el monosilábico más conocido de la televisión.

A partir de ese momento empezaban las simples historias del Chapulín que, ayudado por sus objetos inseparables como el martillo Chipote Chillón, la Chicharra Paralizadora o las pastillas de Chiquitolina, podía golpear, paralizar y empequeñecer al enemigo a voluntad.

La serie de El Chapulín Colorado empezó a emitirse en 1970 en México (ya ha llovido ) y en 1973 ya era popular en toda América latina. Desde su idioma original, el español, fue traducida al inglés, alemán, japonés, portugués, francés e italiano. En mi casa, el Chapulín era una serie que no nos podíamos perder junto con la de El Chavo del 8 también de Chespirito. En efecto, en España también fue muy popular. ¡No contaban con su astucia!.

El punto fuerte de el Chapulín Colorado nunca fue su físico o su inteligencia, sino  su determinación, la cual le ayudaba a solucionar los problemas a pesar de su cobardía y debilidad.

Para muestra un botón: En una entrevista concedida por Roberto Gómez Bolaños al programa argentino La noticia rebelde en 1987, habló de lo que el Chapulín era en relación a los super héroes estadounidenses como Batman o Superman:

“No son héroes. Héroe es el Chapulín Colorado, y esto es serio. El heroísmo no consiste en carecer de miedo sino en superarlo. Aquellos no tienen miedo, Batman, Superman, son todopoderosos, no pueden tener miedo. El Chapulín Colorado se muere de miedo, es torpe, débil, tonto, etcétera, y consciente de esas deficiencias se enfrenta al problema, es un héroe, y pierde, otra característica de los héroes, y los héroes pierden muchas veces, después sus ideas triunfan, pero mientras tanto el héroe… ¿Cuántos fusilados conocemos?” 
¿A tí también te gusta el Chapulín Colorado?. Lo sospeché desde un principio…

Fumigador. Profesión

  • 15 de junio de 202015 de junio de 2020
  • por Manuel Pastorino

No sólo de frikismo vive el hombre. No todo son superhéroes, villanos y fantasía. Aquí traigo a una profesión, un fumigador, sí, esas personas que se dedican a combatir plagas de insectos en nuestros hogares, jardines y cultivos. 

No es la primera vez que traigo un oficio «maniqueado» a mi web, también hice un bombero, eso sí, en traje de gala para ceremonias. Y es que esto es una muestra de que todo lo que tenga forma humana se puede «maniqueizar» y transformarlo en un pinocho de los míos. 

En este caso, este fumigador es un encargo de un compañero de trabajo de mi empresa que de dedica precisamente a eso, a fumigar árboles, arbustos, setos y palmeras contra esos visitantes no deseados que terminan por , en muchos casos, matar a la planta que parasitan. Mi compañero y amigo David me encargó un «miniyo» de él mismo trabajando como fumigador tratando de reproducir lo mejor posible tanto la indumentaria como su aspecto personal. Y aquí lo tenemos. 

David lleva un mono característico que lo protege del mismo producto que lanza por la pistola pulverizadora, reproducida lo más fiel posible a la original y a escala con la figura, una mascarilla especial con filtros homologados para no respirar el producto nocivo y unos guantes de goma especiales impermeables. Para el símbolo del mono, me ha hecho ilusión plasmarle el mismo que lleva Doc Brown de la película regreso al Futuro en su mono antiradiactivo, ya que soy muy fan de esta trilogía.

Es común en mis trabajos no hacerles cara para conservar la esencia del maniquí original, por eso, añadiéndole tan solo un par de elementos como son la barba y las gafas, David dijo textualmente- «Es clavao a mí»-. Así que misión cumplida. 

 

Súper López. Cómic

  • 1 de junio de 202012 de diciembre de 2020
  • por Manuel Pastorino

Superlópez es un vulgar y corriente Superhéroe con todos los poderes, superpoderes y extrapoderes que los señores López sueñan poseer como contrapartida de sus diarias frustraciones. Es el mismo López, Gómez, Rodríguez, del colmado, del estanco, de la oficina, de la peluquería, etc… En suma, que Superlópez somos todos. Pero… ¡cuidado! Cuando queramos surcar velozmente los contaminados aires de nuestra ciudad, debemos tener muy presente que es la imaginación quien vuela, no nosotros…»
Revista «Oye Mira» Nº6, 1981.
 

¡Mechachis la mar!, ¿Quién dijo que en España no teníamos buenos superhéroes?.

No necesitamos un súper kriptoniano, un hombre araña, un murciélago nocturno ni un ricachón enfundado en una armadura. Tampoco necesitamos grandes apellidos anglosajones como Kent, Parker, Stark, Banner, Rogers o Wayne. Donde esté un López, que se aparten los Vengadores y la Liga de la Justicia. Si es que ya tenemos a nuestro héroe patrio por excelencia, nuestro capitán España sin escudo, tenemos a ¡Súper López!.

La culpa de todo la tiene Juan López, y no nos referimos al alter ego de nuestro héroe nacional, sino a su autor catalán, del mismo nombre que siempre firma con su forma catalana: JAN.

Los inicios de este personaje se remontan al año 1973 y su aparición en la serie de álbunes «Olé!» ocurre en 1979. Serie a la que también pertenecieron los famosos Mortadelo y Filemón. Superlópez fue creado como parodia a Superman y todo lo relacionados con los superhéroes del cómic americano tan populares por aquella época y también ahora gracias en buena parte al auge de películas superheróicas que estamos viviendo. De hecho, en los primeros dibujos, Super López lucía en su pecho un símbolo de la «S» muy parecido al de Superman, por lo que le costó una, digamos, advertencia por parte de la editorial DC por lo cual JAN tuvo que cambiar el diseño por esa otra «S» de color amarillo, de diseño simple y que le cubre todo el tronco y, dicho sea de paso, me encanta.

Lo que empezó como una simple parodia de Supermán se convirtió en criticas sociales con el humor absurdo como bandera. JAN mezclaba aventuras en lugares extraordinarios y en una «Parchelona» muy cartoon con críticas a la sociedad actual, la política, los negocios, las relaciones humanas, las tecnologías y los jóvenes. También aprovechaba para lanzar mensajes a la juventud como aquel tan famoso contra las drogas: » Sencillamente, si os ofrecen chocolate decid que ¡naranjas! y a otra cosa».

Este personaje me ha gustado desde pequeño, he leído mucho de él y aún conservo todos los cómics, he pasado horas de diversión zambulliéndome en sus páginas. El arte de JAN es impresionante. El Nivel de detalle que el autor imprimía en sus viñetas de estilo caricaturesco, hacía que tardara el doble en leer una aventura porque no dejaba de mirar los fondos. El diseño de Súper López ha cambiado un poco con el tiempo, su personalidad se ha vuelto más crítica, con más criterio y con los pies más en el suelo, pero sigue conservando su esencia noble, su torpeza en según qué cosas y su mítico bigotillo español (sin retoques en CGI).

Son muchas las historias publicadas en los casi 50 años de historia de nuestro López favorito, pero nunca voy a olvidar esas joyas del cómic español como son: Los Cabecicubos, Viaje al Centro de la Tierra, La Gran Superproduccón,  El Señor de los Chupetes, La Semana más Larga, La Caja de Pandora, Hotel Pánico Balneario o lo relacionado con el genial Supergrupo. Todas llenas de aventuras, situaciones humorísticas, crítica social y personajes interesantes.

Recordemos que Super López es una parodia a Superman. Pero no procede de Kripton, sino de Chitón, no se llama Kal-El sino Jo-con-El. Por eso no podía faltar su Lois Lane o sea, Luisa Lanas de la cual ha probado el sabor de sus bolsazos más veces de las que quisiera. Tampoco falta su Jimmy Olsen, o sea, Jaime González, el cual empezó envidiando y casi odiando a López pero más adelante se convirtió en su mejor amigo y compañero de aventuras en no pocas ocasiones. Tambien tenemos a su Perry White, y sus villanos: el profesor Esacriano Avieso, Refuller D`Bastos, Al Trapone o Lady Araña.

En resúmen, un personaje que me gusta muchísimo no podía faltar entre mis pinochos. En esta ocasión he querido reflejar al Super López más comiquero original con su pelo liso característico de sus primeras épocas, sus arrugas del traje características, sus grandes pies sin botas, nariz abundante, bigote de pelo y, por supuesto, su señal de los cuernos tan típica que pone mientras vuela y que, la verdad, me ha dado mucho juego para las fotos.

¡¡Un saludo escalorotrópico gmnesico !!

Skeletor. Serie Masters del Universo

  • 7 de mayo de 20207 de mayo de 2020
  • por Manuel Pastorino

La saga y el  mundo de los Masters del Universo lo componen comics, figuras, series animadas y, hasta la fecha, una película. A eso hay que añadirle todos los artículos de marchandising como camisetas, tazas, cromos, juegos, libros, webs, podcast, papelería, club de fans, llaveros, chapas y más diversos artículos. Sin duda esta franquicia mueve bastante dinero por todo el mundo y aún hoy día goza de gran popularidad por no pocos de los llamados frikis o aficionados al sector de la fantasía, aventura y la nostalgia ochentera.

Pero nada de esto tendría ningún sentido o al menos no sería lo mismo si no existiera un personaje clave para el desarrollo de este mundo. Todo héroe tiene su némesis, su villano, su razón de ser y su obstáculo que superar. Si hablamos del protagonista principal de los Masters del Universo, He-Man , no podemos evitar hablar de su gran villano: Skeletor.

El nombre origial de Skeletor era Keldor. Keldor perdió la piel de su cara cuando luchó contra el rey de Eternia, Randor, padre del príncipe Adams, el alter ego de He-Man. Randor era además el medio hermano de Keldor, por lo que la rivalidad para aspirar al trono estaba más que servida. El resultado de esta lucha fue un rostro desfigurado, o mejor dicho, desprovisto de su piel y músculos que dejan ver claramente su amarillenta calavera. Desde entonces y como venganza busca hacerse con los secretos del castillo de Greyskull y así poder dominar Eternia.

Parte de la culpa de su tendencia al mal se la debemos a Hordak, líder de la  Horda del Terror , que lo arrastró hacia el llamémoslo lado oscuro en cuanto a intenciones, sed de conquista y ansia de poder. Para llevar a cabo sus malvados planes Skeletor tendrá a su disposición los llamados guerreros diabólicos tales como Two Bad, Stinkor, Spikor, Webstor y Kobra Khan entre otros.

Al igual que hice con He-Man , me he basado en la figura de acción clásica de Skeletor para hacerlo en versión maniquí, que es la versión más clásica y reconocible con su cetro de cabeza carnero incluído. Fue la primera versión de figuras que sacó Mattel y la que sirve de imagen standar para el personaje. Luego vinieron versiones como la Armadura de Combate, Dragon Blaster o Garra Diabólica. Pero la primera versión es la que más me mola.

¡POR EL PODER DE GRAYSKULL!

Thomas Shelby. Serie Peaky Blinders

  • 23 de abril de 202023 de abril de 2020
  • por Manuel Pastorino

 

En el año 2013 se estrenó la primera temporada de una serie inglesa ambientada en la Birmingham de los años 20, en el periodo de entreguerras. Esta serie es un drama histórico que nos cuenta la historia de una familia envuelta en asuntos de gansters, bandas callejeras, crímenes, negocios de legalidad dudosa y trapicheos varios.
El hilo conductor de esta serie se basa en su personaje principal, Thomas Shelby y en su gradual ascenso social como cabecilla de la banda de los Peaky Blinders. Thomas tendrá que abrirse paso entre las diferentes bandas que dominaban Birmingham y alrededores para sacar adelante sus negocios aunque a veces le cueste casi la propia vida.
Los Peaky Blinders existieron en realidad, eran una banda criminal de dicha ciudad inglesa que se caracterizaban por coser hojas de afeitar en las viseras de las gorras tan características de esta banda.
De esta serie me gustan tres cosas principalmente. Su guión: un guión apasionante, que nos cuenta la forma cómo esta banda y en especial Thomas y sus hermanos Arthur y John se abren paso entre las demás bandas para hacer crecer sus negocios de carreras de caballos amañadas entre otros y de cómo se enfrentan a las demás bandas haciendo gala no pocas veces de su ingenio. Su ambientación: Una ambientación de una ciudad decadente, con hambre y problemas sociales, donde los trabajadores empezaban a rebelarse y las mujeres a pedir sus derechos. La iluminacion, los encuadres y la fotografía están muy cuidados en esta serie para trasladarnos a la Birmingham de los años 20 y zambullirnos en su atmósfera de calles oscuras, sucias y borrosas. Su actor principal: Cillian Murphy hace el papel de su vida a mi entender. Lo hemos visto en películas como 28 días después, Batman Begings haciendo de el Espantapájaros, Origen o Dunkerke. Pero en esta serie, Cillian demuestra sus dotes actorales dando al personaje un carácter singular. Refleja un aplomo que intimida a sus rivales, una tranquilidad inquietante y una mirada penetrante capaz de convencer al más duro.
El atuendo de Thomas Shelby consiste en un traje clásico, camisa de cuello vintage sin corbata (al menos en sta representación durante la primera temporada), pero con adorno dorado. Viste un abrigo largo a modo de levita, mocasines y una gorra tipo boina-sombrero muy característica de la época y de esta banda. En esta ocasión, y a petición de la persona que me ha encargado este trabajo, le he puesto su característico cigarro ya que este personaje y muchos otros de la serie se las pasa fumando y bebiendo casi en todas las escenas y se ha convertido en un sello identificativo de Tomy Shelby Imposible de ignorar. También es característica la cadena y el colgante que lleva en la chaquetilla del traje, seña junto con la gorra que los define como Peaky Blinders.
Sin duda alguna, todo un personaje y toda una serie que nos cuenta cómo era de dura la vida en aquella época.

He-Man. Serie animada 1983-1985

  • 3 de abril de 20207 de mayo de 2020
  • por Manuel Pastorino

El año 1981 fue un año muy especial. En ese año nacieron las figuras de Masters del Universo y mi madre tuvo el privilegio de darme a luz. Lo siento, tenía que decirlo…

Bromas aparte, los que somos de los 80 recordamos con mucho cariño esas figuras de acción, los muñecos de MOTU (Masters Of The Universe) o como los conocíamos más coloquialmente, los He-Man. Esas figuras creadas por Mattel fueron muy populares, casi no había hogar español que no hubiera un He-Man o por lo menos el deseo de un niño por tener uno de estos muñecos. Ese último era mi caso… me conformaba con usar el de los primos y vecinos. Un momento, ¡sí que tenía uno! Se trataba de Extendar, un personaje de Masters del Universo que pertenecía a la popular serie de figuras «guerreros heróicos», o lo que es lo mismo, era de los buenos. Se trataba de un personaje con una especie de armadura blanca que tenía la capacidad de estirar sus piernas, cuello, cintura y brazos tal como lo hace un brazo hidráulico… una pasada.

Dicha serie de muñecos dio paso a una serie de cómics editado por Mini Cómics, DC y Marvel según la temporada desde 1981 hasta 1988.  En España nos lo trajo entre otras, ediciones Zinco. Recuerdo comprarme y leer varios de ellos en las tiendas de todo a 100, que los vendían por paquetes cerrados en los cuales incluían dos o tres de Masters del Universo y algunos de la Legión de Superhéroes de DC. Eso no hacía más que alimentar mi aficion por los MOTU.

Y despues llegó lo que tenía que llegar, la serie animada de He-Man y sus compañeros de reparto. Ahí pudimos ver en movimiento a nuestros héroes He-Man, el hombre más poderoso del Universo, y su némesis, el malvado hechicero Skeletor, su principal enemigo obsesionado por hacerse con los secretos del castillo de Grayskull, los aliados de He-Man: Man-At-Arms, Teela, Battle Cat, y Stratos, además de los secuaces de Skeletor: Beast-Man y Mer-Man. Todo esto ocurría en el planeta Eternia, donde, a pesar de esa estética medieval mezclado con espada y brujería podíamos ver cómo usaban tecnología capaz de crear rayos láser, vehículos de transporte y combate , maquinaria de guerra avanzada e incluso robots, como el caso del personaje Robotto. Como dato curioso, fue en esta serie animada cuando se creó el personaje de Orko, compañero de He-Man y alivio cómico en infinidad de veces.

Como todo héroe típico que se aprecie, He-Man tenía otra personalidad menos heroica, la del príncipe Adam, hijo del rey Randor, aunque pocas veces lo veíamos ejercer como tal.

Pero si hay un momento culme que se repetía en prácticamente todos los capítulo y que lo veíamos en el famoso opening de la serie, es cuando el príncipe Adam empuña su contundente espada, la levanta y pronuncia las inolvidables palabras:

«¡POR EL PODER DE GRAYSKUL! ¡YO TENGO EL PODER!»

Es entonces cuando la energía de Grayskull acude a la espada y transforma al príncipe en el poderoso He-Man y seguidamente al tigre Cringer en Battlecat, la montura armada de He-Man. Ahora es cuando todo se pone interesante…

Pues bien, debido a mi aficion por los Masters del Universo, no podía dejar pasar la oportunidad de «maniqueizar» a He-Man. Este ha sido un trabajo complicado en cuanto a las proporciones. Me refiero a que He-Man es un personaje cuya principal característica física son sus músculos, ya que carece en muy buena parte de ropajes que lo tapen. Su única vestimenta son unos calzones de pelo de animal, unas botas y una coraza metálica que le tapa más bien poco. Y estas proporciones de forzudo debía de construírlas en un maniquí que es delgado y estilizado. Así que no tenía más remedio que moldearle los músculos exajerados y que sea lo que Dios quiera. Me basé en la musculatura típica de lo smuñecos de los 80, los clásicos. El resultado es más bien curioso. Debo conservar las articulaciones libres para poder mover al personaje, lo que significa en este caso que no le puedo cubrir los hombros, la cintura, rodilla y codos por lo que puede dar la sensación que faltan algunos músculos como los deltoides, importantes para definir un torso musculado. Tampoco podia faltar la espada del poder y el escudo basado en el que incluía la figura de los 80.

 

Echar la vista atrás y recordar estas cosas que nos apasionaban y nos hacían felices es la mejor manera de usar nuestra memoria.

 

 

 

El Gran Héroe Americano. Serie 1981-1983

  • 12 de marzo de 202025 de abril de 2020
  • por Manuel Pastorino

Los 80 fue una época maravillosa, no en vano se le llamó la década prodigiosa. No sólo por su música innovadora y rompedora sino por su cine y series de TV.

Una de esas series inolvidables fue la estadounidense El Gran Héroe Americano entre los años 1981 y 1983 en EEUU y 1984 en España, interpretado por un desconocido William Katt en el papel de Ralph Hinkley, un profesor de alumnos con problemas. En el episodio piloto vemos cómo Ralph decide llevar a sus alumnos a una excursión por uno de los grandes desiertos de EEUU. Pero la suerte no les acompaña ya que esa noche el autobús sufre una avería y tiene que ir a buscar ayuda, ayuda que tarda en encontrar ya que cae la noche. Pero ahora es cuando esto se pone interesante. De repente aparece una nave espacial, de ella baja un extraterrestre con la apariencia de un hombre de negro que ofrece a Ralph un traje con poderes fantásticos (capacidad de vuelo, fuerza, resistencia, invisibilidad, telekinesia, velocidad…) que sólo puede usar él. El propósito: arreglar los problemas del mundo. Ralph decide usar este traje para resolver los casos de su ahora amigo el agente del FBI Bill Maxwell. Este es planteamiento de esta serie, un comienzo prometedor.

Pero se hace más prometedor cuando sabemos que el traje venía con instrucciones y Ralph las pierde. Ahora tendrá que improvisar mientras se hace con el control del traje, lo que le costará más de un tortazo y situaciones cómicas.

Esta serie nos mantuvo a los niños de aquella época pegados a las televisiones, deseando saber qué nuevas aventuras y qué nuevos tortazos se pega nuestro protagonista. pero la serie se acabó drásticamente y no volvimos a saber del gran Héroe Americano debido una demanda de DC cómics (sí, sí, Superman, Batman, Wonder Woman, Flash y los demás). Esta editorial demandaba los derechos de Superman, al parecerse demasiado el protagonista al Hombre de Acero. Consideraban al bueno de Ralph Hinkley un plagio de Superman, mi personaje favorito. Una verdadera lástima, la serie estaba yendo muy bien tanto en EEUU como en España, aunque, curiosamente en nuestro país tuvo más éxito que en su país de origen. 

Dicho todo esto ya nos hemos refrescado la memoria después de tantos años. Este personaje no era precisamente un superhéroe musculado con grandes armas o armadura. El actor era un tipo delgado y el traje, licra ajustada, lo cual se ajusta muy bien al maniquí de dibujo tradidional. Llama también la atención su abundante pelo rubio rizado.

Pero lo que más curiosidad me despertaba era su extraño símbolo del pecho ¿Qué significa o representa? porque hasta el mismísimo Sheldon Cooper de la serie The Big Bang Therory llevaba en ocasiones una camiseta con este símbolo. Pues hace muy poquito lo supe. Es una versión del carácter chino 中 (zhōng), que significa «centro» o «medio», un carácter fundamental en China, puesto que forma parte del nombre del país: Zhōngguó, el Imperio del Centro. Curioso, ¿verdad?

¡Vivan los 80!

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  • marzo 2015

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¿Quién no tiene o ha tenido en casa ese maniquí, muñeco, figura o monigote de madera articulable que da ese aire especial a nuestro salón o dormitorio?. Se suelen utilizar para tomarlo como modelo de proporciones del cuerpo humano a cargo de pintores y dibujantes, pero también se pueden utilizar para algo más…He querido darles una vuelta de tuerca y transformarlos en nuestros personajes favoritos para que adornen nuestra casa de una manera muy especial y personal.

Bienvenidos a Maniquíes Customizados de Manu-El.

 

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