Woody. Películas Toy Story

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Woody. Películas Toy Story

«Las manos bien altas, hasta el cielo», «Hay una serpiente en mi bota», «Alguien ha envenenado el abrevadero»…

¿Te suenan estas frases? Seguro que sí. Son las frases grabadas que pronuncia ese motorcito mecánico que lleva el muñeco Woody en la espalda tras tirar de un aro con cuerda. Una función propia de muñecos y muñecas más bien antiguos o clásicos. Y son precisamente ese tipo de juguetes los protagonistas de la película Toy Story estrenada en 1995 y que ya va por la cuarta entrega.

El principal atractivo de esta primera película podría bien ser el hecho de que estuviera hecha 100% con medios digitales sin incluir una sola imagen real en todo el metraje. Claro, esto hoy día es lo más normal, pero en 1995 era toda una novedad. Y por supuesto, el otro atractivo de la película y posteriormente en las demás era, en mi opinión, que los juguetes cobraban vida cuando no había ningún humano presente, algo que casi todos nos hemos imaginado cuando hemos sido niños.

Estas películas reflejan muy bien el mundo del juguete y sus características. Nos habla de los distintos tipos de juguetes que podíamos tener, juguetes viejos, despedazados, desgastados, abandonados, reconstruidos en modo monstruo de Frankestein, juguetes preferidos etc… Pero quizá lo que más podemos destacar es que habla del paso de la infancia hacia la madurez a través de la vida de Andy, el niño dueño de todos los juguetes que vemos en su habitación. La manera cómo jugaba Andy con sus juguetes me devolvió a la infancia. No importaba qué tipos de juguetes tuviera, que yo me hacía mis propias películas mezclándolos e intercambiando roles a mi antojo.

Son películas que enganchan y que reflejan perfectamente una parte importante y muy entrañable de nuestras vidas.

Precisamente el protagonista es Woody, un vaquero de cuerpo de tela y cabeza de plástico con el que Andy jugaba horas y horas. Como curiosidad, le llegó a poner su propio nombre en la suela de la bota como señal de que ocupaba un lugar muy especial en el corazón del niño. Woody era el amo del cotarro, al ser el preferido de Andy, se encargaba de organizar y dirigir a los demás juguetes hasta que llegó ese ser del espacio con su caja-nave. La llegada de Buzz Lightyear lo cambió todo, ahora Woody debía luchar para recuperar su lugar en la habitación de Andy hasta que una salida accidentada de esa habitación lo cambió todo. También llegó a la vida de Woody la vaquerita risueña Jessie, de su misma colección de juguetes, y también la he hecho en versión maniquí, pero eso es otra historia que puedes ver aquí.

En general, las películas de Toy Story son relatos llenos de amor, valentía, amistad, valores y humor. Merecen muchísimo la pena.

Gracias a mi aprecio por esas pelis, me he animado a hacer a Woody en modo maniquí, creo que su cuerpo y su condición de muñeco lo hacían ideal para vestir a uno de mis pinochos. En esta ocasión he decidido tapar completamente la bola del abdomen del maniquí original para no perder la esencia estética del cuerpo de Woody y he tenido que modelar una cabeza nueva encima de la original para respetar las proporciones de este vaquero. La base está inspirada en las paredes de la habitación de Andy y sus nubecitas. Y, claro, ya que estamos hablando de películas de Pixar estudios, se me ocurrió incluir la pelota típica que se ha convertido en un icono de esta empresa que lo ha acompañado desde el principio apareciendo en el famoso corto de las lámparas flexo.

Espero que te guste este muñeco-maniquí , lo he hecho con mucho cariño, y recuerda que…

Hay un amigo en mí.

Manu-El