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Buzz Lightyear. Películas Toy Story

  • 7 de marzo de 20217 de marzo de 2021
  • por Manuel Pastorino

¡Hasta el infinito y más allá!

Opiniones hay muchas, preferencias hay variadas y gustos hay para hartarse. Pero en lo que muchísima gente está de acuerdo es en quién les viene a la mente cuando escuchan esta frase.

Una de las sagas de películas que más han marcado el cine de animación digital es Toy Story, las historias de unos juguetes propiedad de Andy que cobran vida cuando su dueño no los ve. Mi opinión de estas excelentes películas, lo que supusieron para el panorama cinematográfico y el cambio artístico que introdujeron lo explico en la página de Woody.  Ahora hablemos del Ranger Espacial más valiente del mundo del Juguete: Buzz Lightyear.

Una de las características que más me atraen de estas películas es que reflejan a la perfección los tipos de juguetes que hemos tenido de pequeños y los «crossover» o mezclas de personajes de distintas marcas y conceptos que nos montábamos cuando jugábamos con ellos. Dos de esos tipos de juguetes son las figuras de acción y los héroes espaciales. Con la unión de ambos tipos apareció Buzz Lightyear.

En la primera parte de Toy Story, Buzz Lightyear llegó a la vida de Andy como el juguete nuevo, fuerte, valiente y atractivo que cambiaría esa habitación para siempre. Lo vemos llegar en las manos de Andy, vemos cómo lo saca de esa caja imitación de nave espacial y llena de colores llamativos y vemos cómo lo saca mientras grita emocionado su nombre. La llegada de Buzz supuso un reto para el hasta entonces líder de los juguetes, Woddy el vaquero de trapo. A partir de ese momento, Woody tendrá que luchar por su puesto mientras combate cierta envidia y admiración que guarda en su interior.

Los añadidos de Buzz eran impresionantes comparados con el resto de juguetes que ya tenían unos años. Buzz tenía luces, voces electrónicas, laser, alas y escafandra, todo un explorador espacial. Y como todo juguete nuevo recién sacado de su caja, Buzz creía que era un verdadero Ranger Espacial hasta que Woody y sus propias experiencias le convencieron que era un juguete más. Buzz aprendió el significado de la amistad, la cooperación y la pertenencia a un grupo. Después de vivir muchas aventuras se ganó el mejor galardón de todos: El nombre de Andy escrito en su bota.

El nombre de Buzz fue inspirado por el astronauta Buzz Aldrin del Apolo 11, conocido por ser la segunda persona en caminar sobre la Luna. Este juguete fue llamado provisionalmente Lunar Larry, Pero más tarde se le cambió el nombre por Buzz y su apellido por el de Lightyear o Año Luz, una medida de distancia espacial.​

El diseño de Buzz fue llevado a cabo por John Lasseter y fue inspirado en el traje de astronauta. Él mismo dice que se inspiró en los astronautas del Apolo 11 , en particular por sus cascos transparentes, casquetes, dispositivos de comunicación y trajes blancos.​ Los colores verde y púrpura del traje de Buzz fueron escogidos por Lasseter y su esposa. Hasta la bota tiene la misma suela que la que marcó la famosa huella en la Luna.

En la versión original, la voz de Buzz la pone el actor Tim Allen y en el doblaje español, José Luís Gil, el famoso señor Cuesta de la serie Aquí no hay quien viva. Sin duda, voces que dan una personalidad muy particular a este explorador espacial.

Ya conocemos al personaje, hablemos de nuestra versión «maniqueizada». Si nos ponemos a pensar en el maniquí original que uso para mis pinochos, seguro que no cuadra mucho la anchura de hombros original con la de este personaje. Si me hubiera decidido hacer a Buzz sin modificar el maniquí original, habría quedado un Buzz muy pequeño, estirado y enclenque. La esencia de la estética de este personaje está en su torso enorme, algo que tuve que conseguir modificando el maniquí separándole los hombros de tal manera que se ensanchara el pecho y los brazos fueran funcionales. La última foto de esta página muestra tal modificación. Me he animado a modelarle completamente la cabeza y hacerle la cara ya que se trata de un personaje de animación no humano, un juguete cuya expresividad no quería pasar por alto. Para la cintura he utilizado un trozo de guardapolvos del amortiguador de una bicicleta, de esa manera no sólo consigo imitar la cintura original del traje de Buzz, sino que me permite moverla con libertad al ser de goma no adherida a la bola que estos maniquíes traen de serie en el abdomen.

Espero que te guste mi Buzz maniqueizado, a este Ranger Espacial le quedan muchas aventuras en las misiones secretas en el espacio inexplorado bajo las órdenes del Mando Estelar.

 

mde

Woody. Películas Toy Story

  • 10 de febrero de 202110 de febrero de 2021
  • por Manuel Pastorino

«Las manos bien altas, hasta el cielo», «Hay una serpiente en mi bota», «Alguien ha envenenado el abrevadero»…

¿Te suenan estas frases? Seguro que sí. Son las frases grabadas que pronuncia ese motorcito mecánico que lleva el muñeco Woody en la espalda tras tirar de un aro con cuerda. Una función propia de muñecos y muñecas más bien antiguos o clásicos. Y son precisamente ese tipo de juguetes los protagonistas de la película Toy Story estrenada en 1995 y que ya va por la cuarta entrega.

El principal atractivo de esta primera película podría bien ser el hecho de que estuviera hecha 100% con medios digitales sin incluir una sola imagen real en todo el metraje. Claro, esto hoy día es lo más normal, pero en 1995 era toda una novedad. Y por supuesto, el otro atractivo de la película y posteriormente en las demás era, en mi opinión, que los juguetes cobraban vida cuando no había ningún humano presente, algo que casi todos nos hemos imaginado cuando hemos sido niños.

Estas películas reflejan muy bien el mundo del juguete y sus características. Nos habla de los distintos tipos de juguetes que podíamos tener, juguetes viejos, despedazados, desgastados, abandonados, reconstruídos en modo monstruo de Frankestein, juguetes preferidos etc… Pero quizá lo que más podemos destacar es que habla del paso de la infancia hacia la madurez a través de la vida de Andy, el niño dueño de todos los juguetes que vemos en su habitación. La manera cómo jugaba Andy con sus juguetes me devolvió a la infancia. No importaba qué tipos de juguetes tuviera, que yo me hacía mis propias películas mezclándolos e intercambiando roles a mi antojo.

Son películas que enganchan y que reflejan perfectamente una parte importante y muy entrañable de nuestras vidas.

Precisamente el protagonista es Woody, un vaquero de cuerpo de tela y cabeza de plástico con el que Andy jugaba horas y horas. Como curioisidad, le llegó a poner su propio nombre en la suela de la bota como señal de que ocupaba un lugar muy especial en el corazon del niño. Woody era el amo del cotarro, al ser el preferido de Andy, se encargaba de organizar y dirigir a los demás juguetes hasta que llegó ese ser del espacio con su caja-nave. La llegada de Buzz Lightyear lo cambió todo, ahora Woody debía luchar para recuperar su lugar en la habitación de Andy hasta que una salida accidentada de esa habitación lo cambió todo.

En general, las películas de Toy Story son relatos llenos de amor, valentía, amistad, valores y humor. Merecen muchísimo la pena.

Gracias a mi aprecio por esas pelis, me he animado a hacer a Woody en modo maniquí, creo que su cuerpo y su condición de muñeco lo hacían ideal para vestir a uno de mis pinochos. En esta ocasión he decidido tapar completamente la bola del abdomen del maniquí original para no perder la esencia estética del cuerpo de Woody y he tenido que modelar una cabeza nueva encima de la original para respetar las proporciones de este vaquero. La base está inspirada en las paredes de la habitación de Andy y sus nubecitas. Y, claro, ya que estamos hablando de películas de Pixar estudios, se me ocurrió incluír la pelota típica que se ha convertiudo en un icono de esta empresa que lo ha acompañado desde el pricipio apareciendo en el famoso corto de las lámparas flexo.

Espero que te guste este muñeco-maniquí , lo he hecho con mucho cariño, y recuerda que…

Hay un amigo en mi.

El Mandaloriano. Serie 2020

  • 17 de enero de 2021
  • por Manuel Pastorino

¿Crees que es posible que dos géneros tan diferentes como el western y las aventuras espaciales pueden fusionarse para hacer un producto de éxito? Pues aquí tenemos la respuesta.

Sobra decir que la saga Star Wars es la franquicia espacial y de ciencia ficción más popular del mundo. Hasta la fecha en la que estoy escribiendo esta reseña, se han realizado 9 películas troncales (episodios I-IX) y 2 complementarias o spin off (Rogue One y Han Solo) y se están preparando más películas y anunciado oficialmente muchas series de la misma saga. Entre todas estas obras hay muchas opiniones encontradas dentro del extenso fandome de Star Wars, unos trabajos gustan más que otros. Pero en lo que prácticamente todos los «warsies» estamos de acuerdo es que esta serie estrenada en marzo de 2020 en España nos ha encantado. Muchos estamos de acuerdo en el por qué: Se ha recuperado la esencia de los primeros Star Wars (que llamábamos La Guerra de las Galaxias), su estilo, su forma de contar historias, su ambientación y sus aventuras.

La sinopsis es muy sencilla y está basada y ambientada en el universo creado por George Lucas. Cronológicamente se desarrolla después del episodio VI El Retorno del Jedi, concretamente 5 años después tras la caída del Imperio pero antes de la formación de la Primera Orden.  La serie nos cuenta las aventuras de Mando, un mandaloriano de pura cepa que tiene como misión proteger a Grogu, un casi bebé de la misma especie que el maestro Yoda al que ha de entregar a un Yedi. La narración nos recuerda mucho al género Western, ya que el protagonista se ha de mover por varias localizaciones, cumpliendo misiones para dar el siguiente paso como si de una aventura gráfica se tratase. Para ello, irá conociendo gente, completando su armadura y usando armas diferentes.

El responsable de esta maravilla de serie es Jon Favreau (exacto, el Happy de Marvel) que ha sido capaz de embelesarnos a todos con el universo Star Wars. Para ello contó con un hasta ahora desconocido Pedro Pascal en el papel protagonista el cual enseña el rostro muy contadas veces durante la serie ya que uno de los rasgos principales del credo mandaloriano es no quitarse nunca el casco ante nadie.  Casco que, por cierto es casi idéntico al de Boba Fett, lógicamente por ser del mismo credo. Como secundarios tenemos a Gina Carano como Cara Dune, una mujer de armas tomar y exsoldado rebelde ahora actuando como mercenaria y gran compañera de Mando. Sin olvidar a Giancarlo Espósito que nos hace de el gran villano de la serie (hasta la fecha emitidas 2 temporadas) Moff Gideón, un exoficial de la Oficina de Seguridad Imperial, de la policía secreta del Imperio, cuya vida cambió después de que los rebeldes destruyeron la segunda Estrella de la muerte. También se pasarán por la serie personajes clásicos de la saga que no habíamos visto hasta ahora en imagen real… y hasta ahí puedo leer.

Pero sin duda, uno de los mayores atractivos de la serie es Grogu, el mal llamado «baby Yoda» por ser de la misma especie que dicho maestro Yedi. Hasta bien entrada la segunda temporada no conocíamos su nombre, simplemente se le llamaba «el niño».  Grogu ha sido un éxito arrollador, es ya uno de los personajes más queridos de toda la cultura friki popular. Sus productos se han disparado en ventas y es ya conocido hasta incluso por lo que no son fans de Star Wars. Este bebé derrama ternura por los cuatro costados y además es poseedor de un poder potencialmente extraordinario, ya que vemos cómo empieza a tener poderes y habilidades mentales que sólo un verdadero Yedi es capaz de desarrollar.

Debido a, por un lado el éxito de esta serie y por otro, lo mucho que me ha gustado personalmente, me he animado a «maniqueizar» a Mando y sumar un gran activo entre mis filas de pinochos. Tengo que reconocer que no ha sido nada fácil hacerlo por la cantidad de detalles que contiene y, si ya has visto más de mis trabajos y leído otras reseñas en esta web, sabrás la importancia que le doy a dichos detalles así como a intentar reflejar los colores exactos de cada personaje que represento. En este caso también he querido cambiar la base, hacerla diferente y representar en ella los paisajes que vemos en la serie, paisajes desérticos, llenos de roca y por supuesto, su correspondiente símbolo pero en este caso en 3D: El símbolo mandaloriano representado con la calavera de un Mithosaurio.

Y, claro, como ocurrió en el caso de C3Po y de Mortadelo, no podía hacer al Mandaloriano sin su Grogu. Me he animado también a hacerlo directamente modelado de pasta de porcelana, ya que la morfología de este personaje no me permitía usar un maniquí aunque fuese más pequeño como hice con Antman. Al menos, mi Mando ya tiene a su Grogu. 

ESTE ES EL CAMINO

He hablado…

Mortadelo y Filemón. Cómic español

  • 14 de diciembre de 202014 de diciembre de 2020
  • por Manuel Pastorino

«Va la T.I.A. y se pone al día», «El sulfato atómico», «Valor y al toro», «la elasticina», «Cacao espacial», «La tergiversicina», «El ansia de poder»… Todos estos y muchíiiiimos más son títulos de algunos de los álbunes de la que es con mucha probabilidad la pareja más famosa del cómic español: Mortadelo y Filemón.

Creo no equivocarme cuando digo que no hay ni un solo español, sea de la generación X, generación Z, millenian o preconstitucional que no conozcan a estos dos agentes de la T.I.A. y sus aventuras. Es que incluso sin haber leído ni una de sus disparatadas y accidentadas historias, todo español identifica de un sólo vistazo a estos dos personajes y les pone el nombre al momento. El impacto y los sedimentos que han dejado en niños y mayores en sus más de 60 años de historia ha sido monumental. Lo mismo pasa con el gran Superlópez de los lápices de Jan.

Todo esto no sería posible, lógicamente sin su creador, Francisco Ibáñez, un barcelonés  con mucho talento para el dibujo y guiones locamente divertidos. Como ya he dicho, Mortadelo y Filemón tienen más de 60 años de historia. Fueron creados en 1958 y el 20 de enero de de ese año se publicó la primera historia de estos colosos del cómic en el número 1394 de la revista Pulgarcito con el título genérico de Mortadelo y Filemón, agencia de información. Y ya a partir de entonces comenzó un no parar de popularidad y aceptación por parte de los lectores hasta el día de hoy.

Aquellas primeras historias rara vez superaban las 4 páginas y el dibujo era sencillo y efectivista. Ambos personajes se dibujaban con una gran nariz (más grande que la actual), con rasgos muy sencillo y movimientos más limitados. Mortadelo era despistado, sin sentido común y con la habilidad de cambiar de disfraz en un momento y en varias ocasiones, habilidad que le sigue caracterizando también hoy día. Filemon era más serio, más «jefe», autoritario y cumplidor. Se le dibujaba con gabardina, sombreo y pipa como buen detective que quería ser y Mortadelo ya empezó llevando su famosa levita que actualmente conserva y que se ha convertido en un icono imprescindible se su imagen. Eso sí, también solía portar bombín ingles y un paraguas plegado.

La imágen de estos personajes ha cambiado hasta el día de hoy. Mortadelo se destaca por ser más directo y atrevido, quizá más inocente pero que, personalmente su habilidad de cambiar de disfraz me fascinaba. Filemón, o jefe, es más serio y eficaz, o al menos pretende serlo. Muchas veces es víctima de las acciones e iniciativas de su compañero.

Pero no están solos en sus historietas, ¿Quién no conoce al señor Súper? El superintendente Vicente de la T.I.A, acrónimo de Técnicos de Investigación Aeroterráquea, agencia en la que trabajan. O la Ofelia, una secretaria de peso que está loca por Mortadelo. No podemos olvidar al profesor Bacterio, inventor de cachivaches que ayudarán a nuestros protagonistas en sus misiones aunque varias veces tendrán el efecto contrario. Y la femme fatale Irma, otra secretaria que tiene en Mortadelo el mismo efecto que éste en la Ofelia.

El estilo del cómic es muy peculiar. Por supuesto el tono de las historias es el humorístico y tambíen tiene buena presencia la crítica social y costumbrista de España. Las historias suelen estar divididas en segmentos como si fueran capítulos de una serie. El súper les plantea una misión dentro de un mismo arco agumental o parte de una historia más grande, Mortadelo y Filemón la «resuelven» y acaba en persecución. Esto dura unas 8 páginas y se repite hasta acabar la historia.

Personalmente me encantan estos personajes, me he criado con ellos y son los primeros cómics que leí. Actualmente tengo muchísimos de sus álbunes, todos leídos y releídos lo que me ha llevado a conocerlos bien. Estos son un encargo de un amigo, pero ya os digo que tarde o temprano los hubiera hecho para mí. He intentado reflejar el carácter cartoon o caricaturesco de sus dibujos, por lo que he aumentado el tamaño de las cabezas y he adaptado el cuerpo del maniquí a los rasgos de Ibáñez. He intentado reflejar en sus caras el espíritu comiquero humorístico español que sólo Ibáñez sabe darle.

 

Filemón: Usted fue el inventor de una loción infalible contra la calvicie ¿verdad?

Mortadelo: ¡Sí, fue él! Y yo fui su primer sujeto de prueba… ¡Por aquel entonces me llamaban “Mortadelo el melenudo”!

Bacterio: Bueno… ¡Ejem! Lo pasado, pasado y pelillos a la mar ¿eh?

 (Mortadelo y Filemón, El sulfato atómico 1969)

 

 

El Chavo del 8

  • 9 de octubre de 202010 de octubre de 2020
  • por Manuel Pastorino

El mundo de la TV nos ha dado diversión y entretenimiento vestidos de muchas formas diferentes como la acción, aventuras, terror, drama y ciencia ficción. Pero en lo referente a humor blanco, la TV también nos ha dejado auténticas joyitas en el campo de las series. Una de esas series ha sido El Chavo del 8 y, tal como lo dice en su propia presentación, El Chavo es «el programa número 1 de la televisión humorística».

Parece mentira que una serie como el Chavo del 8 ha estado muy presente en nuestras vidas desde 1973, año en que se emitió el primer capítulo en la TV mexicana. El Chavo junto con don Ramón, la Chlindrina, Kiko, el sr. Barriga, doña Florinda, el profesor Jirafales, Ñoño y la Bruja del 71 han sido las piezas que han construído una serie y un concepto televisivo original y divertido. Si bien muchos piensan que se repiten en muchos conceptos, frases y situaciones, EL Chavo parece tener esa magia especial que tienen las series de situación de este tipo que hace incluso agradable volver a ver sus capítulos. 

Personalmente, me he reído mucho con muchas de esas situaciones y «gags» que la hacían tan única. Los actores siempre han estado a la altura, se notaba esfuerzo y entrega de su parte a la hora de interpretar un personaje que lograban arrancar una sonrisa. En mi opinión, las risas enlatadas que se reproducían detrás de cada chiste no eran para nada necesarias, pues los juegos de palabras, las expresiones y las frases demoledoras unidas a la naturalidad con que se representaban, las hacían totalmente prescindibles.

La sinopsis de esta serie no podía ser más sencilla. Cuenta las historias y situaciones que ocurren dentro de una vecindad, una comunidad de vecinos de casas bajas donde conviven gente muy diferente. En medio de esas situaciones está el Chavo, un niño pobre que llegó a parar a esta vecindad y tiene como escondite un barril. Barril que se ha convertido en un símbolo de esta serie y siempre está presente en cada escena como testigo mudo de las vivencias de sus vecinos.

El Chavo se presenta como una persona humilde e inocente cuyo único sueño, además de encajar bien en la vecindad, era comerse una torta de jamón como Dios manda (un bocata de jamón york con tomate, lechuga y lo que queramos ponerle). En momentos de la serie el Chavo era víctima de las travesuras de otros niños como Kiko y la Chilindrina, pero otras veces mostraba un ingenio propio de alguien que se ha tenido que buscar la vida en la calle.

El Chavo estaba interpretado por Roberto Gómez Bolaños más conocido como Chespirito, también interpretó otros personajes como El Chapulín Colorado y el doctor Chapatín. Chespirito nos dejó en noviembre de 2014 dejando atrás toda una legión de fans que lo amaban y lo querían por todo el mundo. Sus personajes alcanzaron una gran popularidad hasta tal punto que no podía dejar pasar la oportunidad de «maniqueizar» a el Chavo y al Chapulín. 

No he querido que le falte ni un detalle, su barril me parece otro personaje más de la serie y no puedo concebir al Chavo sin él. Tampoco he querido dejarle sin juguetes y por supuesto, sin su merecida torta de jamón. 

¿También veías y te gustaba el Chavo? ¿te ha gustado esta reseña? si no es así… «es que no me tienen paciencia»

El Chapulín Colorado

  • 1 de octubre de 202010 de octubre de 2020
  • por Manuel Pastorino

Más ágil que una tortuga… más fuerte que un ratón… más noble que una lechuga… su escudo es un corazón… es… ¡El Chapulín Colorado!

No necesitaba superfuerza, ver a través de los objetos, lanzar rayos con las manos ni capacidad de volar. El Chapulín Colorado sólo necesitaba de su «ingenio» particular, sus cachivaches y por qué no decirlo, un poco de suerte. Pero tan sólo esas habilidades especiales le bastaron para ganarse un hueco muy grande en el corazón de millones de personas que lo vimos en los 80 y principios de los 90 en España. ¡Síganme los buenos!

Este superhéroe mexicano fue encarnado por el genial humorista o supercomediante Roberto Gómez Bolaños más conocido como Chespirito quien nos dejó en Noviembre de 2014. Chespirito es considerado un icono del humor y la actuación no sólo en su México natal sino en toda América latina, España y EEUU. Sus actuaciones socarronas, llenas de juegos de palabras, energía y entrega han dejado una huella indeleble en nuestro más profundo ser infantil.

Uno de sus más famosos personajes es el Chapulín Colorado, el superhéroe mexicano por excelencia con el permiso de El Zorro enmascarado. Este personaje nos demostró que no hacía falta estar supercachas, ser joven y tener superpoderes para desfacer entuertos, ayudar a los necesitados y proteger al inocente. Todo comienza cuando alguien grita desesperadamente «¡Oh, y ahora ¿Quién podrá defenderme?!» seguidamente escuchamos el famosísimo «¡YO!», quizá el monosilábico más conocido de la televisión.

A partir de ese momento empezaban las simples historias del Chapulín que, ayudado por sus objetos inseparables como el martillo Chipote Chillón, la Chicharra Paralizadora o las pastillas de Chiquitolina, podía golpear, paralizar y empequeñecer al enemigo a voluntad.

La serie de El Chapulín Colorado empezó a emitirse en 1970 en México (ya ha llovido ) y en 1973 ya era popular en toda América latina. Desde su idioma original, el español, fue traducida al inglés, alemán, japonés, portugués, francés e italiano. En mi casa, el Chapulín era una serie que no nos podíamos perder junto con la de El Chavo del 8 también de Chespirito. En efecto, en España también fue muy popular. ¡No contaban con su astucia!.

El punto fuerte de el Chapulín Colorado nunca fue su físico o su inteligencia, sino  su determinación, la cual le ayudaba a solucionar los problemas a pesar de su cobardía y debilidad.

Para muestra un botón: En una entrevista concedida por Roberto Gómez Bolaños al programa argentino La noticia rebelde en 1987, habló de lo que el Chapulín era en relación a los super héroes estadounidenses como Batman o Superman:

“No son héroes. Héroe es el Chapulín Colorado, y esto es serio. El heroísmo no consiste en carecer de miedo sino en superarlo. Aquellos no tienen miedo, Batman, Superman, son todopoderosos, no pueden tener miedo. El Chapulín Colorado se muere de miedo, es torpe, débil, tonto, etcétera, y consciente de esas deficiencias se enfrenta al problema, es un héroe, y pierde, otra característica de los héroes, y los héroes pierden muchas veces, después sus ideas triunfan, pero mientras tanto el héroe… ¿Cuántos fusilados conocemos?” 
¿A tí también te gusta el Chapulín Colorado?. Lo sospeché desde un principio…

Raphael . Pelicula Tortugas Ninja 1990

  • 3 de agosto de 20204 de agosto de 2020
  • por Manuel Pastorino

 

Si eres de los nacidos en los 80 como yo, o en los 70 seguro que no se te podrá olvidar esta película del 1990. Nada más y nada menos que las Tortugas Ninja en imagen real. Y la verdad es que fue un auténtico éxito. Con un presupuesto de poco más de 13 millones de dólares, ¡la recaudación fue de más de 200!. Y es que , la verdad, todos los chavales de la época estábamos más que espectantes de ver a nuestros quelónidos favoritos en acción real. Las imágenes promocionales y algún que otro trailer en la TV (por aquellos tiempos sin internet, era complicado estar al día del mundillo friki) nos daban pequeñas pinceladas de cuál sería el aspecto de las tortugas. Y la verdad es que dieron con el clavo.

Después de bombardearnos con las figuras de acción, la serie mítica de dibujos animados y el merchandising de todo tipo, llegó la tan esperada película. 

Las tortugas lucían estupendas, lograron hacer algo que parecía real así como asemejarlas a las de la serie y las figuras, pero con un tono humorístico y algo gamberro, muy distinto al tono de los cómics originales y al que en un principio se quería llevar a cabo en esta película. Los trajes estaban hechos de látex, por lo que resultaban pesados y muy calurosos para los actores que, como compensación también tuvieron su cameo sin trajes en algunas de las escenas, por ejemplo, el chico que lleva las pizzas a la alcantarilla es el mismo que estaba dentro de Michelangelo. Las cabezas eran robóticas, tenían mil y un mecanismos que, controlados remotamente movían los ojos, labios, boca y diferentes músculos faciales que hacía que se vieran geniales.

El argumento no podía ser más sencillo: Cuatro tortugas que viven en las alcantarillas de Nueva York se transforman debido al contacto con el famoso mutágeno en grandes tortugas. Entrenadas por una vieja pero sabia rata  las cuatro tortugas, Leonardo, Miguel Ángel, Donatello y Raphael, aprenderán técnicas ninja para enfrentarse a los más peligrosos criminales. Sus archienemigos son los miembros de una secta llamada «El clan del pie», liderada por Shredder (Destructor), quien quiere convertirse en el amo del mundo.

Las tortugas eran interpretadas por actores duchos en artes marciales y con una paciencia increíble a la hora de llevar esos trajes. April O,Neil, la reportera de amarillo la interpretó Judith Hoag, Srhedder, o Despedazador como lo conocimos en España estaba a cargo de James Saito y la voz de Splinter o maestro Astilla fue la de Kevin Clash. 

Para mí supuso un antes y un después, si bien ya me gustaban las tortugas ninja, esta peli lo reafirmó con creces hasta el punto que hoy día me siguen flipando. Y mi tortuga favorita siempre ha sido Raphael por su carácter reservado, luchador y sacrificado. De hecho ya hice Raphael maniqueizado hace un tiempo, pero me quedé con las ganas de hacer uno mejor, con más detalles y qué mejor versión que la de este clásico de culto del cine fantástico. 

Podría pasarme horas hablando de las tortugas ninja y me faltaría espacio web, por ahora lo dejamos aquí, tomaremos una pizza y gritaremos aquello de !COWABUNGA¡

 

Fumigador. Profesión

  • 15 de junio de 202015 de junio de 2020
  • por Manuel Pastorino

No sólo de frikismo vive el hombre. No todo son superhéroes, villanos y fantasía. Aquí traigo a una profesión, un fumigador, sí, esas personas que se dedican a combatir plagas de insectos en nuestros hogares, jardines y cultivos. 

No es la primera vez que traigo un oficio «maniqueado» a mi web, también hice un bombero, eso sí, en traje de gala para ceremonias. Y es que esto es una muestra de que todo lo que tenga forma humana se puede «maniqueizar» y transformarlo en un pinocho de los míos. 

En este caso, este fumigador es un encargo de un compañero de trabajo de mi empresa que de dedica precisamente a eso, a fumigar árboles, arbustos, setos y palmeras contra esos visitantes no deseados que terminan por , en muchos casos, matar a la planta que parasitan. Mi compañero y amigo David me encargó un «miniyo» de él mismo trabajando como fumigador tratando de reproducir lo mejor posible tanto la indumentaria como su aspecto personal. Y aquí lo tenemos. 

David lleva un mono característico que lo protege del mismo producto que lanza por la pistola pulverizadora, reproducida lo más fiel posible a la original y a escala con la figura, una mascarilla especial con filtros homologados para no respirar el producto nocivo y unos guantes de goma especiales impermeables. Para el símbolo del mono, me ha hecho ilusión plasmarle el mismo que lleva Doc Brown de la película regreso al Futuro en su mono antiradiactivo, ya que soy muy fan de esta trilogía.

Es común en mis trabajos no hacerles cara para conservar la esencia del maniquí original, por eso, añadiéndole tan solo un par de elementos como son la barba y las gafas, David dijo textualmente- «Es clavao a mí»-. Así que misión cumplida. 

 

Súper López. Cómic

  • 1 de junio de 202012 de diciembre de 2020
  • por Manuel Pastorino

Superlópez es un vulgar y corriente Superhéroe con todos los poderes, superpoderes y extrapoderes que los señores López sueñan poseer como contrapartida de sus diarias frustraciones. Es el mismo López, Gómez, Rodríguez, del colmado, del estanco, de la oficina, de la peluquería, etc… En suma, que Superlópez somos todos. Pero… ¡cuidado! Cuando queramos surcar velozmente los contaminados aires de nuestra ciudad, debemos tener muy presente que es la imaginación quien vuela, no nosotros…»
Revista «Oye Mira» Nº6, 1981.
 

¡Mechachis la mar!, ¿Quién dijo que en España no teníamos buenos superhéroes?.

No necesitamos un súper kriptoniano, un hombre araña, un murciélago nocturno ni un ricachón enfundado en una armadura. Tampoco necesitamos grandes apellidos anglosajones como Kent, Parker, Stark, Banner, Rogers o Wayne. Donde esté un López, que se aparten los Vengadores y la Liga de la Justicia. Si es que ya tenemos a nuestro héroe patrio por excelencia, nuestro capitán España sin escudo, tenemos a ¡Súper López!.

La culpa de todo la tiene Juan López, y no nos referimos al alter ego de nuestro héroe nacional, sino a su autor catalán, del mismo nombre que siempre firma con su forma catalana: JAN.

Los inicios de este personaje se remontan al año 1973 y su aparición en la serie de álbunes «Olé!» ocurre en 1979. Serie a la que también pertenecieron los famosos Mortadelo y Filemón. Superlópez fue creado como parodia a Superman y todo lo relacionados con los superhéroes del cómic americano tan populares por aquella época y también ahora gracias en buena parte al auge de películas superheróicas que estamos viviendo. De hecho, en los primeros dibujos, Super López lucía en su pecho un símbolo de la «S» muy parecido al de Superman, por lo que le costó una, digamos, advertencia por parte de la editorial DC por lo cual JAN tuvo que cambiar el diseño por esa otra «S» de color amarillo, de diseño simple y que le cubre todo el tronco y, dicho sea de paso, me encanta.

Lo que empezó como una simple parodia de Supermán se convirtió en criticas sociales con el humor absurdo como bandera. JAN mezclaba aventuras en lugares extraordinarios y en una «Parchelona» muy cartoon con críticas a la sociedad actual, la política, los negocios, las relaciones humanas, las tecnologías y los jóvenes. También aprovechaba para lanzar mensajes a la juventud como aquel tan famoso contra las drogas: » Sencillamente, si os ofrecen chocolate decid que ¡naranjas! y a otra cosa».

Este personaje me ha gustado desde pequeño, he leído mucho de él y aún conservo todos los cómics, he pasado horas de diversión zambulliéndome en sus páginas. El arte de JAN es impresionante. El Nivel de detalle que el autor imprimía en sus viñetas de estilo caricaturesco, hacía que tardara el doble en leer una aventura porque no dejaba de mirar los fondos. El diseño de Súper López ha cambiado un poco con el tiempo, su personalidad se ha vuelto más crítica, con más criterio y con los pies más en el suelo, pero sigue conservando su esencia noble, su torpeza en según qué cosas y su mítico bigotillo español (sin retoques en CGI).

Son muchas las historias publicadas en los casi 50 años de historia de nuestro López favorito, pero nunca voy a olvidar esas joyas del cómic español como son: Los Cabecicubos, Viaje al Centro de la Tierra, La Gran Superproduccón,  El Señor de los Chupetes, La Semana más Larga, La Caja de Pandora, Hotel Pánico Balneario o lo relacionado con el genial Supergrupo. Todas llenas de aventuras, situaciones humorísticas, crítica social y personajes interesantes.

Recordemos que Super López es una parodia a Superman. Pero no procede de Kripton, sino de Chitón, no se llama Kal-El sino Jo-con-El. Por eso no podía faltar su Lois Lane o sea, Luisa Lanas de la cual ha probado el sabor de sus bolsazos más veces de las que quisiera. Tampoco falta su Jimmy Olsen, o sea, Jaime González, el cual empezó envidiando y casi odiando a López pero más adelante se convirtió en su mejor amigo y compañero de aventuras en no pocas ocasiones. Tambien tenemos a su Perry White, y sus villanos: el profesor Esacriano Avieso, Refuller D`Bastos, Al Trapone o Lady Araña.

En resúmen, un personaje que me gusta muchísimo no podía faltar entre mis pinochos. En esta ocasión he querido reflejar al Super López más comiquero original con su pelo liso característico de sus primeras épocas, sus arrugas del traje características, sus grandes pies sin botas, nariz abundante, bigote de pelo y, por supuesto, su señal de los cuernos tan típica que pone mientras vuela y que, la verdad, me ha dado mucho juego para las fotos.

¡¡Un saludo escalorotrópico gmnesico !!

Venom. Versión cómic

  • 21 de mayo de 202021 de mayo de 2020
  • por Manuel Pastorino

El periodista e historiador de cómics Mike Conroy escribió sobre Venom: «Lo que comenzó como un disfraz de reemplazo para SpiderMan se convirtió en una de las pesadillas más grandes de Marvel»

Y así ha sido para esta editorial y para todo el mundo del entretenimiento. Venom es uno de los villanos o antihéroes más representativos e identificables del mundo del cómic, cine y el fandom en general. Pero quIÉn o qué es Venom exactamente?

Venom, cuyo nombre significa Veneno, y es así como se le identificó en la Tierra, es un simbionte alienígena, un parásito extraterrestre sin forma definida que necesita un huésped para vivir. Su aspecto en solitario es una masa negra espesa y cambiante que busca un cuerpo al que adherirse para vivir en él y otorgarle habilidades especiales para usarlas en beneficio propio.

El Simbionte se introdujo originalmente como un traje alienígena viviente en The Amazing Spider-Man # 252 (mayo de 1984) y decimos traje porque este simbionte se adhirió al cuerpo de Spiderman pero, lejos de dañarlo, le fortalecía sus ya extraordinarias habilidades. La personalidad de Peter Parker sufrió un cambio drástico. Este parásito hacía que el comportamiento Peter se tornara más agresivo, egoísta y malvado. Pero el bueno de Peter, no sin esfuerzo, logró librarse de este simbionte  usando una de sus debilidades, los sonidos de alta frecuencia.

Una de las principales características de Venom es el aspecto que le da al huésped del que se aprovecha: Se vuelve negro, viscoso y brillante, le da un aspecto muy musculoso y el principal elemento estético lo encontramos en su cabeza. Venom desarrolla una mandíbula enorme, con dientes afilados, numerosos y amenazantes, además de una larga lengua babeante. En el caso de Spiderma, imita la forma de los ojos de su traje pero volviéndolos más agresivos.

Pero Spiderman no fue el único huésped. Eddie Brock fue sin duda uno de sus huéspedes favoritos y con el que adquirió el nombre de Venom. En el cómic original, son muchas las viñetas que de han dibujado con Venom parasitando a Eddie Brock y hasta hemos visto al menos dos películas hasta la fecha. Una de ellas fue  Spiderman 3, protagonizada por Tobei Maguire y Topher Grace como Venom. Más adelante pudimos ver una película independiente de Venom protagonizada por el gran Tom Hardy, pero sin Spiderman. En esta película pudimos ver bien cómo se comporta este simbionte con un huésped humano.

He disfrutando haciendo a este personaje, un personaje que me atrae mucho por su estética, su condición parasitaria y sus poderes tan adaptables. Por supuesto, no he querido que le falte su boca monstruosa ni su lengua viscosa, ya que sin estos elementos no estaríamos hablando de Venom.

«SOMOS UNO, SOMOS VENOM»

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