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Mr. Spock. Star trek II: La ira de Khan

  • 1 de mayo de 2021
  • por Manuel Pastorino

Podemos llamarlo cultura popular, cultura geek, cultura friki o cultura nerd, no importa. Sea cuál sea la forma que usemos, todos sabemos a lo que se refiere: Ese amor pasional y entregado a esas películas, cómics, libros y juegos que tantas horas de diversión nos han dado y nos darán. Y una de sus columnas más importantes son sus personajes. Por eso conocemos y amamos a personajes tan potentes e influyentes como Darth Vader, Luke Skywalker, Superman, Batman, Spiderman o Goku entre otros muchos. Pero ninguno de estos personajes debería estar por encima de uno de los más influyentes y reconocidos de toda la cultura pop, así como la saga espacial a la que pertenece. Hablamos por supuesto de nuestro vulcaniano favorito, el gran señor Spock.

Claro que sí, la saga Star Trek es, junto con Star Wars, una pata fundamental que sostiene todo este mundo maravilloso de la ciencia ficción y las aventuras espaciales. Una saga que comenzó hace 55 años con la serie Star Trek: la serie original. Y esto fue sólo el principio, después llegaron las películas, los cómics y las series animadas y además más series de acción real por un tubo. Una saga que mueve millones de fans por todo el mundo, organiza convenciones y genera pasiones en todos los rincones de la galaxia.

El universo de Star Trek se basa en las aventuras de exploración espacial de un grupo de tripulantes intrépidos a bordo de la famosa nave Enterprise. Uno de esos tripulantes y, no en vano, el más conocido es nuestro sr. Spock cuyo apellido es impronunciable para los humanos. Spock ya aparece en la serie original de 1966 y seguirá apareciendo como uno de los personajes principales de la serie y la saga en general. El actor Leonard Nimoy es el encargado de traerlo a la vida logrando así asociarlo tanto al personaje que nos recuerda al caso de Cristopher Reeves con Superman.

Su planeta original es Vulcano situado a 15 años luz del planeta Tierra cuyos habitantes son conocidos por su estilo de vida basado en la razón y la lógica. Son seres humanoides diferenciados físicamente de los humanos por la forma puntiaguda de sus orejas y cejas. Spock, al igual que los de su especie, son amantes de la lógica, la meditación y la supresión de emociones y así lograron formar una sociedad próspera y avanzada en tecnología. De hecho, es una característica que define mucho a Spock durante la saga y que da mucho juego a situaciones cómicas. Y no podemos dejar de mencionar su maravilloso inteligencia que sobresale a la de los humanos. Para muestra un botón: «¿Podría decir que no disfruto en absoluto sirviendo con humanos?. Sus ilógicas y estúpidas emociones son una irritación constante.» (Mr. Spock, 7º episodio 3ª temporada Star Trek)

Precisamente, algo que caracteriza mucho a los vulcanianos es su saludo, ese saludo que consiste en alzar la mano separando los dedos anular y corazón. Este saludo se ha convertido en todo un símbolo del mundo friki.

En esta ocasión, un buen amigo llamado Jonatan me ha encargado que «maniquinice» a su adorado Spock. Concretamente me pidió «el del traje rojo» es decir, el Spok de la segunda película de Star Trek: La ira de Khan. Dicho y hecho. Si puedes reconocer al personaje de un simple vistazo, puedo decir con orgullo «misión cumplida». Y es que sólo hay que ver ese pelo liso abundante y recortado, esas orejas puntiagudas y esas cejas tan estilizadamente marcadas para saber quién es. Pero no conforme con eso, y por si a alguien le quedaban dudas, en su mano derecha tenemos el saludo vulcaniano que tanto caracteriza a Spok. El logo de la saga Star Trek, también muy conocido no podía faltar, y no me refiero al del cinturón y las insignias, sino al de su base. Base que he querido esculpir con motivos férreos y tecnológicos alienígenas.

Sin duda alguna, un maniquí que disfrutará de una «larga vida y prosperidad» en las manos de su nuevo dueño.

 

rbt

Green Arrow. Serie TV

  • 7 de abril de 2021
  • por Manuel Pastorino

“Mi nombre es Oliver Queen. Durante cinco años estuve perdido en una isla con un solo objetivo: sobrevivir. Ahora cumpliré el último deseo de mi padre. Usaré la lista de nombres que él me dejó para acabar con aquéllos que están envenenando mi ciudad. Pero para hacerlo tengo que ser otra persona, transformarme en otro ser.”

Con estas impactantes palabras comenzaba el opening de la serie Arrow que dio inicio en 2012. Estas frases resumen muy bien el planteamiento de la serie protagonizada por uno de los personajes mas carismáticos de DC Cómics: Flecha verde o Green Arrow.

Green Arrow fue un personaje creado por Mort Weisinger  y diseñado por George Papp cuya primera aparción fue en la publicación More Fun Comics número 73 en 1941.  Su nombre real es Oliver Queen, un adinerado empresario propietario de Industrias Queen. Al igual que Bruce Wayne, es una celebridad muy conocida en las páginas de DC y en sus ciudades de actuación: Star City y Seattle. Su personalidad es algo áspera y a lo largo de los años los guionistas de sus comics decidieron darle una tendencia ideológica hacia la izquierda política. En muchas de sus etapas comiqueras, Oliver Queen está emparejado con Canario Negro o Dinah Lance y de hecho llegaron a casarse en 2007.

Lo que quizá más nos llama más la atención de Green Arrow es su habilidad con el arco y sus conocimientos de lucha así como un físico preparado para combatir el crimen. No posee superpoderes por lo que, al igual que Batman, da aún más méritos a sus hazañas heroicas. De hecho, ha llegado a formar parte nada más y nada menos que de la Liga de la Justicia en varias etapas de esta formación.

Y no estamos hablando de alguien que simplemente tiene buena puntería, sino de un arquero muy inteligente capaz de fabricar y usar de manera impecable flechas especiales como las de tipo explosivo, gas lacrimógeno, ganchos de agarre, de humo, cegadoras e incluso de punta de kriptonita, las cuales ya sabemos para quién las usaría. Oliver Queen es también un excelente rastreador y combatiente cuerpo a cuerpo dominando varios estilos de lucha.

En 2012, se estrenó la serie de acción en vivo Arrow en el canal CW, en la que el personaje es interpretado por Stephen Amell, convirtiéndose en el punto de partida de un universo de televisión compartido de DC Comics: el llamado Arrowverso.

Y es precisamente este Flecha verde de la serie el que está representado en este maniquí. Este maniquí lleva el traje sin mangas de la 4ª temporada. No ha sido nada fácil modelar y esculpir este traje ya que posee muchos detalles que no quería obviar. En este caso he decidido cubrirle la bola del abdomen que articula la cadera por pura estética.
La capucha, un elemento imprescindible de su atuendo es de tela para podérsela quitar cuando quiera. Por supuesto, Flecha verde no se llamaría así si no tuviera sus flechas, carcaj y arco característicos de dicha serie. El arco es un arco olímpico de precisión y fuerza. En la base he querido representar rocas y hierba que representan a la isla donde naufragó y sobrevivió durante 5 años hasta convertirse en el héroe que conocemos hoy. Por supuesto, como viene siendo habitual en mis maniquíes, también he hecho su símbolo en la base, el logo de la flecha pero hecho de piedra.
Con este vigilante patrullando, pocos se atreverán a fallarle a su ciudad.

 

 

Buzz Lightyear. Películas Toy Story

  • 7 de marzo de 202118 de febrero de 2023
  • por Manuel Pastorino

¡Hasta el infinito y más allá!

Opiniones hay muchas, preferencias hay variadas y gustos hay para hartarse. Pero en lo que muchísima gente está de acuerdo es en quién les viene a la mente cuando escuchan esta frase.

Una de las sagas de películas que más han marcado el cine de animación digital es Toy Story, las historias de unos juguetes propiedad de Andy que cobran vida cuando su dueño no los ve. Mi opinión de estas excelentes películas, lo que supusieron para el panorama cinematográfico y el cambio artístico que introdujeron lo explico en la página de Woody.  De esta saga de películas, también he hecho a Jessie, la risueña y despierta vaquerita de la que se enamora nuestro Buzz.Ahora hablemos del Ranger Espacial más valiente del mundo del Juguete: Buzz Lightyear.

Una de las características que más me atraen de estas películas es que reflejan a la perfección los tipos de juguetes que hemos tenido de pequeños y los «crossover» o mezclas de personajes de distintas marcas y conceptos que nos montábamos cuando jugábamos con ellos. Dos de esos tipos de juguetes son las figuras de acción y los héroes espaciales. Con la unión de ambos tipos apareció Buzz Lightyear.

En la primera parte de Toy Story, Buzz Lightyear llegó a la vida de Andy como el juguete nuevo, fuerte, valiente y atractivo que cambiaría esa habitación para siempre. Lo vemos llegar en las manos de Andy, vemos cómo lo saca de esa caja imitación de nave espacial y llena de colores llamativos y vemos cómo lo saca mientras grita emocionado su nombre. La llegada de Buzz supuso un reto para el hasta entonces líder de los juguetes, Woddy el vaquero de trapo. A partir de ese momento, Woody tendrá que luchar por su puesto mientras combate cierta envidia y admiración que guarda en su interior.

Los añadidos de Buzz eran impresionantes comparados con el resto de juguetes que ya tenían unos años. Buzz tenía luces, voces electrónicas, laser, alas y escafandra, todo un explorador espacial. Y como todo juguete nuevo recién sacado de su caja, Buzz creía que era un verdadero Ranger Espacial hasta que Woody y sus propias experiencias le convencieron que era un juguete más. Buzz aprendió el significado de la amistad, la cooperación y la pertenencia a un grupo. Después de vivir muchas aventuras se ganó el mejor galardón de todos: El nombre de Andy escrito en su bota.

El nombre de Buzz fue inspirado por el astronauta Buzz Aldrin del Apolo 11, conocido por ser la segunda persona en caminar sobre la Luna. Este juguete fue llamado provisionalmente Lunar Larry, Pero más tarde se le cambió el nombre por Buzz y su apellido por el de Lightyear o Año Luz, una medida de distancia espacial.​

El diseño de Buzz fue llevado a cabo por John Lasseter y fue inspirado en el traje de astronauta. Él mismo dice que se inspiró en los astronautas del Apolo 11 , en particular por sus cascos transparentes, casquetes, dispositivos de comunicación y trajes blancos.​ Los colores verde y púrpura del traje de Buzz fueron escogidos por Lasseter y su esposa. Hasta la bota tiene la misma suela que la que marcó la famosa huella en la Luna.

En la versión original, la voz de Buzz la pone el actor Tim Allen y en el doblaje español, José Luís Gil, el famoso señor Cuesta de la serie Aquí no hay quien viva. Sin duda, voces que dan una personalidad muy particular a este explorador espacial.

Ya conocemos al personaje, hablemos de nuestra versión «maniqueizada». Si nos ponemos a pensar en el maniquí original que uso para mis pinochos, seguro que no cuadra mucho la anchura de hombros original con la de este personaje. Si me hubiera decidido hacer a Buzz sin modificar el maniquí original, habría quedado un Buzz muy pequeño, estirado y enclenque. La esencia de la estética de este personaje está en su torso enorme, algo que tuve que conseguir modificando el maniquí separándole los hombros de tal manera que se ensanchara el pecho y los brazos fueran funcionales. La última foto de esta página muestra tal modificación. Me he animado a modelarle completamente la cabeza y hacerle la cara ya que se trata de un personaje de animación no humano, un juguete cuya expresividad no quería pasar por alto. Para la cintura he utilizado un trozo de guardapolvos del amortiguador de una bicicleta, de esa manera no sólo consigo imitar la cintura original del traje de Buzz, sino que me permite moverla con libertad al ser de goma no adherida a la bola que estos maniquíes traen de serie en el abdomen.

Espero que te guste mi Buzz maniqueizado, a este Ranger Espacial le quedan muchas aventuras en las misiones secretas en el espacio inexplorado bajo las órdenes del Mando Estelar.

 

Woody. Películas Toy Story

  • 10 de febrero de 20216 de noviembre de 2022
  • por Manuel Pastorino

«Las manos bien altas, hasta el cielo», «Hay una serpiente en mi bota», «Alguien ha envenenado el abrevadero»…

¿Te suenan estas frases? Seguro que sí. Son las frases grabadas que pronuncia ese motorcito mecánico que lleva el muñeco Woody en la espalda tras tirar de un aro con cuerda. Una función propia de muñecos y muñecas más bien antiguos o clásicos. Y son precisamente ese tipo de juguetes los protagonistas de la película Toy Story estrenada en 1995 y que ya va por la cuarta entrega.

El principal atractivo de esta primera película podría bien ser el hecho de que estuviera hecha 100% con medios digitales sin incluir una sola imagen real en todo el metraje. Claro, esto hoy día es lo más normal, pero en 1995 era toda una novedad. Y por supuesto, el otro atractivo de la película y posteriormente en las demás era, en mi opinión, que los juguetes cobraban vida cuando no había ningún humano presente, algo que casi todos nos hemos imaginado cuando hemos sido niños.

Estas películas reflejan muy bien el mundo del juguete y sus características. Nos habla de los distintos tipos de juguetes que podíamos tener, juguetes viejos, despedazados, desgastados, abandonados, reconstruidos en modo monstruo de Frankestein, juguetes preferidos etc… Pero quizá lo que más podemos destacar es que habla del paso de la infancia hacia la madurez a través de la vida de Andy, el niño dueño de todos los juguetes que vemos en su habitación. La manera cómo jugaba Andy con sus juguetes me devolvió a la infancia. No importaba qué tipos de juguetes tuviera, que yo me hacía mis propias películas mezclándolos e intercambiando roles a mi antojo.

Son películas que enganchan y que reflejan perfectamente una parte importante y muy entrañable de nuestras vidas.

Precisamente el protagonista es Woody, un vaquero de cuerpo de tela y cabeza de plástico con el que Andy jugaba horas y horas. Como curiosidad, le llegó a poner su propio nombre en la suela de la bota como señal de que ocupaba un lugar muy especial en el corazón del niño. Woody era el amo del cotarro, al ser el preferido de Andy, se encargaba de organizar y dirigir a los demás juguetes hasta que llegó ese ser del espacio con su caja-nave. La llegada de Buzz Lightyear lo cambió todo, ahora Woody debía luchar para recuperar su lugar en la habitación de Andy hasta que una salida accidentada de esa habitación lo cambió todo. También llegó a la vida de Woody la vaquerita risueña Jessie, de su misma colección de juguetes, y también la he hecho en versión maniquí, pero eso es otra historia que puedes ver aquí.

En general, las películas de Toy Story son relatos llenos de amor, valentía, amistad, valores y humor. Merecen muchísimo la pena.

Gracias a mi aprecio por esas pelis, me he animado a hacer a Woody en modo maniquí, creo que su cuerpo y su condición de muñeco lo hacían ideal para vestir a uno de mis pinochos. En esta ocasión he decidido tapar completamente la bola del abdomen del maniquí original para no perder la esencia estética del cuerpo de Woody y he tenido que modelar una cabeza nueva encima de la original para respetar las proporciones de este vaquero. La base está inspirada en las paredes de la habitación de Andy y sus nubecitas. Y, claro, ya que estamos hablando de películas de Pixar estudios, se me ocurrió incluir la pelota típica que se ha convertido en un icono de esta empresa que lo ha acompañado desde el principio apareciendo en el famoso corto de las lámparas flexo.

Espero que te guste este muñeco-maniquí , lo he hecho con mucho cariño, y recuerda que…

Hay un amigo en mí.

Mortadelo y Filemón. Cómic español

  • 14 de diciembre de 202014 de diciembre de 2020
  • por Manuel Pastorino

«Va la T.I.A. y se pone al día», «El sulfato atómico», «Valor y al toro», «la elasticina», «Cacao espacial», «La tergiversicina», «El ansia de poder»… Todos estos y muchíiiiimos más son títulos de algunos de los álbunes de la que es con mucha probabilidad la pareja más famosa del cómic español: Mortadelo y Filemón.

Creo no equivocarme cuando digo que no hay ni un solo español, sea de la generación X, generación Z, millenian o preconstitucional que no conozcan a estos dos agentes de la T.I.A. y sus aventuras. Es que incluso sin haber leído ni una de sus disparatadas y accidentadas historias, todo español identifica de un sólo vistazo a estos dos personajes y les pone el nombre al momento. El impacto y los sedimentos que han dejado en niños y mayores en sus más de 60 años de historia ha sido monumental. Lo mismo pasa con el gran Superlópez de los lápices de Jan.

Todo esto no sería posible, lógicamente sin su creador, Francisco Ibáñez, un barcelonés  con mucho talento para el dibujo y guiones locamente divertidos. Como ya he dicho, Mortadelo y Filemón tienen más de 60 años de historia. Fueron creados en 1958 y el 20 de enero de de ese año se publicó la primera historia de estos colosos del cómic en el número 1394 de la revista Pulgarcito con el título genérico de Mortadelo y Filemón, agencia de información. Y ya a partir de entonces comenzó un no parar de popularidad y aceptación por parte de los lectores hasta el día de hoy.

Aquellas primeras historias rara vez superaban las 4 páginas y el dibujo era sencillo y efectivista. Ambos personajes se dibujaban con una gran nariz (más grande que la actual), con rasgos muy sencillo y movimientos más limitados. Mortadelo era despistado, sin sentido común y con la habilidad de cambiar de disfraz en un momento y en varias ocasiones, habilidad que le sigue caracterizando también hoy día. Filemon era más serio, más «jefe», autoritario y cumplidor. Se le dibujaba con gabardina, sombreo y pipa como buen detective que quería ser y Mortadelo ya empezó llevando su famosa levita que actualmente conserva y que se ha convertido en un icono imprescindible se su imagen. Eso sí, también solía portar bombín ingles y un paraguas plegado.

La imágen de estos personajes ha cambiado hasta el día de hoy. Mortadelo se destaca por ser más directo y atrevido, quizá más inocente pero que, personalmente su habilidad de cambiar de disfraz me fascinaba. Filemón, o jefe, es más serio y eficaz, o al menos pretende serlo. Muchas veces es víctima de las acciones e iniciativas de su compañero.

Pero no están solos en sus historietas, ¿Quién no conoce al señor Súper? El superintendente Vicente de la T.I.A, acrónimo de Técnicos de Investigación Aeroterráquea, agencia en la que trabajan. O la Ofelia, una secretaria de peso que está loca por Mortadelo. No podemos olvidar al profesor Bacterio, inventor de cachivaches que ayudarán a nuestros protagonistas en sus misiones aunque varias veces tendrán el efecto contrario. Y la femme fatale Irma, otra secretaria que tiene en Mortadelo el mismo efecto que éste en la Ofelia.

El estilo del cómic es muy peculiar. Por supuesto el tono de las historias es el humorístico y tambíen tiene buena presencia la crítica social y costumbrista de España. Las historias suelen estar divididas en segmentos como si fueran capítulos de una serie. El súper les plantea una misión dentro de un mismo arco agumental o parte de una historia más grande, Mortadelo y Filemón la «resuelven» y acaba en persecución. Esto dura unas 8 páginas y se repite hasta acabar la historia.

Personalmente me encantan estos personajes, me he criado con ellos y son los primeros cómics que leí. Actualmente tengo muchísimos de sus álbunes, todos leídos y releídos lo que me ha llevado a conocerlos bien. Estos son un encargo de un amigo, pero ya os digo que tarde o temprano los hubiera hecho para mí. He intentado reflejar el carácter cartoon o caricaturesco de sus dibujos, por lo que he aumentado el tamaño de las cabezas y he adaptado el cuerpo del maniquí a los rasgos de Ibáñez. He intentado reflejar en sus caras el espíritu comiquero humorístico español que sólo Ibáñez sabe darle.

 

Filemón: Usted fue el inventor de una loción infalible contra la calvicie ¿verdad?

Mortadelo: ¡Sí, fue él! Y yo fui su primer sujeto de prueba… ¡Por aquel entonces me llamaban “Mortadelo el melenudo”!

Bacterio: Bueno… ¡Ejem! Lo pasado, pasado y pelillos a la mar ¿eh?

 (Mortadelo y Filemón, El sulfato atómico 1969)

 

 

El Chavo del 8

  • 9 de octubre de 202010 de octubre de 2020
  • por Manuel Pastorino

El mundo de la TV nos ha dado diversión y entretenimiento vestidos de muchas formas diferentes como la acción, aventuras, terror, drama y ciencia ficción. Pero en lo referente a humor blanco, la TV también nos ha dejado auténticas joyitas en el campo de las series. Una de esas series ha sido El Chavo del 8 y, tal como lo dice en su propia presentación, El Chavo es «el programa número 1 de la televisión humorística».

Parece mentira que una serie como el Chavo del 8 ha estado muy presente en nuestras vidas desde 1973, año en que se emitió el primer capítulo en la TV mexicana. El Chavo junto con don Ramón, la Chlindrina, Kiko, el sr. Barriga, doña Florinda, el profesor Jirafales, Ñoño y la Bruja del 71 han sido las piezas que han construído una serie y un concepto televisivo original y divertido. Si bien muchos piensan que se repiten en muchos conceptos, frases y situaciones, EL Chavo parece tener esa magia especial que tienen las series de situación de este tipo que hace incluso agradable volver a ver sus capítulos. 

Personalmente, me he reído mucho con muchas de esas situaciones y «gags» que la hacían tan única. Los actores siempre han estado a la altura, se notaba esfuerzo y entrega de su parte a la hora de interpretar un personaje que lograban arrancar una sonrisa. En mi opinión, las risas enlatadas que se reproducían detrás de cada chiste no eran para nada necesarias, pues los juegos de palabras, las expresiones y las frases demoledoras unidas a la naturalidad con que se representaban, las hacían totalmente prescindibles.

La sinopsis de esta serie no podía ser más sencilla. Cuenta las historias y situaciones que ocurren dentro de una vecindad, una comunidad de vecinos de casas bajas donde conviven gente muy diferente. En medio de esas situaciones está el Chavo, un niño pobre que llegó a parar a esta vecindad y tiene como escondite un barril. Barril que se ha convertido en un símbolo de esta serie y siempre está presente en cada escena como testigo mudo de las vivencias de sus vecinos.

El Chavo se presenta como una persona humilde e inocente cuyo único sueño, además de encajar bien en la vecindad, era comerse una torta de jamón como Dios manda (un bocata de jamón york con tomate, lechuga y lo que queramos ponerle). En momentos de la serie el Chavo era víctima de las travesuras de otros niños como Kiko y la Chilindrina, pero otras veces mostraba un ingenio propio de alguien que se ha tenido que buscar la vida en la calle.

El Chavo estaba interpretado por Roberto Gómez Bolaños más conocido como Chespirito, también interpretó otros personajes como El Chapulín Colorado y el doctor Chapatín. Chespirito nos dejó en noviembre de 2014 dejando atrás toda una legión de fans que lo amaban y lo querían por todo el mundo. Sus personajes alcanzaron una gran popularidad hasta tal punto que no podía dejar pasar la oportunidad de «maniqueizar» a el Chavo y al Chapulín. 

No he querido que le falte ni un detalle, su barril me parece otro personaje más de la serie y no puedo concebir al Chavo sin él. Tampoco he querido dejarle sin juguetes y por supuesto, sin su merecida torta de jamón. 

¿También veías y te gustaba el Chavo? ¿te ha gustado esta reseña? si no es así… «es que no me tienen paciencia»

El Chapulín Colorado

  • 1 de octubre de 202010 de octubre de 2020
  • por Manuel Pastorino

Más ágil que una tortuga… más fuerte que un ratón… más noble que una lechuga… su escudo es un corazón… es… ¡El Chapulín Colorado!

No necesitaba superfuerza, ver a través de los objetos, lanzar rayos con las manos ni capacidad de volar. El Chapulín Colorado sólo necesitaba de su «ingenio» particular, sus cachivaches y por qué no decirlo, un poco de suerte. Pero tan sólo esas habilidades especiales le bastaron para ganarse un hueco muy grande en el corazón de millones de personas que lo vimos en los 80 y principios de los 90 en España. ¡Síganme los buenos!

Este superhéroe mexicano fue encarnado por el genial humorista o supercomediante Roberto Gómez Bolaños más conocido como Chespirito quien nos dejó en Noviembre de 2014. Chespirito es considerado un icono del humor y la actuación no sólo en su México natal sino en toda América latina, España y EEUU. Sus actuaciones socarronas, llenas de juegos de palabras, energía y entrega han dejado una huella indeleble en nuestro más profundo ser infantil.

Uno de sus más famosos personajes es el Chapulín Colorado, el superhéroe mexicano por excelencia con el permiso de El Zorro enmascarado. Este personaje nos demostró que no hacía falta estar supercachas, ser joven y tener superpoderes para desfacer entuertos, ayudar a los necesitados y proteger al inocente. Todo comienza cuando alguien grita desesperadamente «¡Oh, y ahora ¿Quién podrá defenderme?!» seguidamente escuchamos el famosísimo «¡YO!», quizá el monosilábico más conocido de la televisión.

A partir de ese momento empezaban las simples historias del Chapulín que, ayudado por sus objetos inseparables como el martillo Chipote Chillón, la Chicharra Paralizadora o las pastillas de Chiquitolina, podía golpear, paralizar y empequeñecer al enemigo a voluntad.

La serie de El Chapulín Colorado empezó a emitirse en 1970 en México (ya ha llovido ) y en 1973 ya era popular en toda América latina. Desde su idioma original, el español, fue traducida al inglés, alemán, japonés, portugués, francés e italiano. En mi casa, el Chapulín era una serie que no nos podíamos perder junto con la de El Chavo del 8 también de Chespirito. En efecto, en España también fue muy popular. ¡No contaban con su astucia!.

El punto fuerte de el Chapulín Colorado nunca fue su físico o su inteligencia, sino  su determinación, la cual le ayudaba a solucionar los problemas a pesar de su cobardía y debilidad.

Para muestra un botón: En una entrevista concedida por Roberto Gómez Bolaños al programa argentino La noticia rebelde en 1987, habló de lo que el Chapulín era en relación a los super héroes estadounidenses como Batman o Superman:

“No son héroes. Héroe es el Chapulín Colorado, y esto es serio. El heroísmo no consiste en carecer de miedo sino en superarlo. Aquellos no tienen miedo, Batman, Superman, son todopoderosos, no pueden tener miedo. El Chapulín Colorado se muere de miedo, es torpe, débil, tonto, etcétera, y consciente de esas deficiencias se enfrenta al problema, es un héroe, y pierde, otra característica de los héroes, y los héroes pierden muchas veces, después sus ideas triunfan, pero mientras tanto el héroe… ¿Cuántos fusilados conocemos?” 
¿A tí también te gusta el Chapulín Colorado?. Lo sospeché desde un principio…

Raphael . Pelicula Tortugas Ninja 1990

  • 3 de agosto de 20204 de junio de 2022
  • por Manuel Pastorino

 

Si eres de los nacidos en los 80 como yo, o en los 70 seguro que no se te podrá olvidar esta película del 1990. Nada más y nada menos que las Tortugas Ninja en imagen real. Y la verdad es que fue un auténtico éxito. Con un presupuesto de poco más de 13 millones de dólares, ¡la recaudación fue de más de 200!. Y es que , la verdad, todos los chavales de la época estábamos más que espectantes de ver a nuestros quelónidos favoritos en acción real. Las imágenes promocionales y algún que otro trailer en la TV (por aquellos tiempos sin internet, era complicado estar al día del mundillo friki) nos daban pequeñas pinceladas de cuál sería el aspecto de las tortugas. Y la verdad es que dieron con el clavo.

Después de bombardearnos con las figuras de acción, la serie mítica de dibujos animados y el merchandising de todo tipo, llegó la tan esperada película. 

Las tortugas lucían estupendas, lograron hacer algo que parecía real así como asemejarlas a las de la serie y las figuras, pero con un tono humorístico y algo gamberro, muy distinto al tono de los cómics originales y al que en un principio se quería llevar a cabo en esta película. Los trajes estaban hechos de látex, por lo que resultaban pesados y muy calurosos para los actores que, como compensación también tuvieron su cameo sin trajes en algunas de las escenas, por ejemplo, el chico que lleva las pizzas a la alcantarilla es el mismo que estaba dentro de Michelangelo. Las cabezas eran robóticas, tenían mil y un mecanismos que, controlados remotamente movían los ojos, labios, boca y diferentes músculos faciales que hacía que se vieran geniales.

El argumento no podía ser más sencillo: Cuatro tortugas que viven en las alcantarillas de Nueva York se transforman debido al contacto con el famoso mutágeno en grandes tortugas. Entrenadas por una vieja pero sabia rata  las cuatro tortugas, Leonardo, Miguel Ángel, Donatello y Raphael, aprenderán técnicas ninja para enfrentarse a los más peligrosos criminales. Sus archienemigos son los miembros de una secta llamada «El clan del pie», liderada por Shredder (Destructor), quien quiere convertirse en el amo del mundo.

Las tortugas eran interpretadas por actores duchos en artes marciales y con una paciencia increíble a la hora de llevar esos trajes. April O,Neil, la reportera de amarillo la interpretó Judith Hoag, Srhedder, o Despedazador como lo conocimos en España estaba a cargo de James Saito y la voz de Splinter o maestro Astilla fue la de Kevin Clash. 

Para mí supuso un antes y un después, si bien ya me gustaban las tortugas ninja, esta peli lo reafirmó con creces hasta el punto que hoy día me siguen flipando. Y mi tortuga favorita siempre ha sido Raphael por su carácter reservado, luchador y sacrificado. De hecho ya hice Raphael maniqueizado hace un tiempo, pero me quedé con las ganas de hacer uno mejor, con más detalles y qué mejor versión que la de este clásico de culto del cine fantástico. 

Podría pasarme horas hablando de las tortugas ninja y me faltaría espacio web, por ahora lo dejamos aquí, tomaremos una pizza y gritaremos aquello de !COWABUNGA¡

 

Fumigador. Profesión

  • 15 de junio de 202015 de junio de 2020
  • por Manuel Pastorino

No sólo de frikismo vive el hombre. No todo son superhéroes, villanos y fantasía. Aquí traigo a una profesión, un fumigador, sí, esas personas que se dedican a combatir plagas de insectos en nuestros hogares, jardines y cultivos. 

No es la primera vez que traigo un oficio «maniqueado» a mi web, también hice un bombero, eso sí, en traje de gala para ceremonias. Y es que esto es una muestra de que todo lo que tenga forma humana se puede «maniqueizar» y transformarlo en un pinocho de los míos. 

En este caso, este fumigador es un encargo de un compañero de trabajo de mi empresa que de dedica precisamente a eso, a fumigar árboles, arbustos, setos y palmeras contra esos visitantes no deseados que terminan por , en muchos casos, matar a la planta que parasitan. Mi compañero y amigo David me encargó un «miniyo» de él mismo trabajando como fumigador tratando de reproducir lo mejor posible tanto la indumentaria como su aspecto personal. Y aquí lo tenemos. 

David lleva un mono característico que lo protege del mismo producto que lanza por la pistola pulverizadora, reproducida lo más fiel posible a la original y a escala con la figura, una mascarilla especial con filtros homologados para no respirar el producto nocivo y unos guantes de goma especiales impermeables. Para el símbolo del mono, me ha hecho ilusión plasmarle el mismo que lleva Doc Brown de la película regreso al Futuro en su mono antiradiactivo, ya que soy muy fan de esta trilogía.

Es común en mis trabajos no hacerles cara para conservar la esencia del maniquí original, por eso, añadiéndole tan solo un par de elementos como son la barba y las gafas, David dijo textualmente- «Es clavao a mí»-. Así que misión cumplida. 

 

Súper López. Cómic

  • 1 de junio de 202012 de diciembre de 2020
  • por Manuel Pastorino

Superlópez es un vulgar y corriente Superhéroe con todos los poderes, superpoderes y extrapoderes que los señores López sueñan poseer como contrapartida de sus diarias frustraciones. Es el mismo López, Gómez, Rodríguez, del colmado, del estanco, de la oficina, de la peluquería, etc… En suma, que Superlópez somos todos. Pero… ¡cuidado! Cuando queramos surcar velozmente los contaminados aires de nuestra ciudad, debemos tener muy presente que es la imaginación quien vuela, no nosotros…»
Revista «Oye Mira» Nº6, 1981.
 

¡Mechachis la mar!, ¿Quién dijo que en España no teníamos buenos superhéroes?.

No necesitamos un súper kriptoniano, un hombre araña, un murciélago nocturno ni un ricachón enfundado en una armadura. Tampoco necesitamos grandes apellidos anglosajones como Kent, Parker, Stark, Banner, Rogers o Wayne. Donde esté un López, que se aparten los Vengadores y la Liga de la Justicia. Si es que ya tenemos a nuestro héroe patrio por excelencia, nuestro capitán España sin escudo, tenemos a ¡Súper López!.

La culpa de todo la tiene Juan López, y no nos referimos al alter ego de nuestro héroe nacional, sino a su autor catalán, del mismo nombre que siempre firma con su forma catalana: JAN.

Los inicios de este personaje se remontan al año 1973 y su aparición en la serie de álbunes «Olé!» ocurre en 1979. Serie a la que también pertenecieron los famosos Mortadelo y Filemón. Superlópez fue creado como parodia a Superman y todo lo relacionados con los superhéroes del cómic americano tan populares por aquella época y también ahora gracias en buena parte al auge de películas superheróicas que estamos viviendo. De hecho, en los primeros dibujos, Super López lucía en su pecho un símbolo de la «S» muy parecido al de Superman, por lo que le costó una, digamos, advertencia por parte de la editorial DC por lo cual JAN tuvo que cambiar el diseño por esa otra «S» de color amarillo, de diseño simple y que le cubre todo el tronco y, dicho sea de paso, me encanta.

Lo que empezó como una simple parodia de Supermán se convirtió en criticas sociales con el humor absurdo como bandera. JAN mezclaba aventuras en lugares extraordinarios y en una «Parchelona» muy cartoon con críticas a la sociedad actual, la política, los negocios, las relaciones humanas, las tecnologías y los jóvenes. También aprovechaba para lanzar mensajes a la juventud como aquel tan famoso contra las drogas: » Sencillamente, si os ofrecen chocolate decid que ¡naranjas! y a otra cosa».

Este personaje me ha gustado desde pequeño, he leído mucho de él y aún conservo todos los cómics, he pasado horas de diversión zambulliéndome en sus páginas. El arte de JAN es impresionante. El Nivel de detalle que el autor imprimía en sus viñetas de estilo caricaturesco, hacía que tardara el doble en leer una aventura porque no dejaba de mirar los fondos. El diseño de Súper López ha cambiado un poco con el tiempo, su personalidad se ha vuelto más crítica, con más criterio y con los pies más en el suelo, pero sigue conservando su esencia noble, su torpeza en según qué cosas y su mítico bigotillo español (sin retoques en CGI).

Son muchas las historias publicadas en los casi 50 años de historia de nuestro López favorito, pero nunca voy a olvidar esas joyas del cómic español como son: Los Cabecicubos, Viaje al Centro de la Tierra, La Gran Superproduccón,  El Señor de los Chupetes, La Semana más Larga, La Caja de Pandora, Hotel Pánico Balneario o lo relacionado con el genial Supergrupo. Todas llenas de aventuras, situaciones humorísticas, crítica social y personajes interesantes.

Recordemos que Super López es una parodia a Superman. Pero no procede de Kripton, sino de Chitón, no se llama Kal-El sino Jo-con-El. Por eso no podía faltar su Lois Lane o sea, Luisa Lanas de la cual ha probado el sabor de sus bolsazos más veces de las que quisiera. Tampoco falta su Jimmy Olsen, o sea, Jaime González, el cual empezó envidiando y casi odiando a López pero más adelante se convirtió en su mejor amigo y compañero de aventuras en no pocas ocasiones. Tambien tenemos a su Perry White, y sus villanos: el profesor Esacriano Avieso, Refuller D`Bastos, Al Trapone o Lady Araña.

En resúmen, un personaje que me gusta muchísimo no podía faltar entre mis pinochos. En esta ocasión he querido reflejar al Super López más comiquero original con su pelo liso característico de sus primeras épocas, sus arrugas del traje características, sus grandes pies sin botas, nariz abundante, bigote de pelo y, por supuesto, su señal de los cuernos tan típica que pone mientras vuela y que, la verdad, me ha dado mucho juego para las fotos.

¡¡Un saludo escalorotrópico gmnesico !!

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¿Quién no tiene o ha tenido en casa ese maniquí, muñeco, figura o monigote de madera articulable que da ese aire especial a nuestro salón o dormitorio?. Se suelen utilizar para tomarlo como modelo de proporciones del cuerpo humano a cargo de pintores y dibujantes, pero también se pueden utilizar para algo más…He querido darles una vuelta de tuerca y transformarlos en nuestros personajes favoritos para que adornen nuestra casa de una manera muy especial y personal.
Bienvenidos a MANIQARTE, donde transformamos los maniquíes en arte.
 

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