En los míticos 80, cuando algunos gozábamos de la inocencia suficiente para que nos quedemos embobados con lo que veíamos en las pantallas, entró en escena un personaje que sería el primero de una saga cinematográfica que nos haría disfrutar de lo lindo.

Se trata de Depredador (ahora lo llamamos Predator, que es lo mismo pero en inglés). Y si al imponente Predator le añadimos un Arnorld Schwarzenegger en sus comienzos cuando su cuerpo gozaba de más bultos que una serpiente harta de castañas, el resultado es inmejorable.

 Todo un universo del cine que nos cuenta las historias de esta raza alienígena cazadora y depredadora que convertía los planetas que visitaba en sus cotos privados de caza. Hasta que dio con el bueno de Arnold que consiguío burlar su sistema de detección de infrarrojos embadurnándose de barro.

El Depredador tenía una tecnología muy avanzada respecto a la terrícola y más aún en los 80. Cuchillas retrátiles rollo Lobezno, armas de fuego dirigibles, explosivos temporizadores, naves espaciales avanzadas, y el sistema de camuflaje automático con el que se ocultaba de la vista aunque lo tuvieras a dos metros de ti. Los efectos especiales para mostrarnos ese camuflaje fueron impresionantes en su época.

Su verdadero rostro, el que se halla bajo esa máscara también supuso un boom en cuanto al maquillaje en el cine de los 80, no recuerdo a una criatura con un rostro similar, si es que eso se puede llamar cara. Prefiero hacerlo con el casco puesto.

Tras esa película se hicieron muchas más de esta raza depredadora, incluso lo han enfrentado con los Aliens en una batalla en la Tierra en dos ocasiones. En el mundo del cómic se ha enfrentado a Batman y Superman, sólo Predator es capaz de desafiar a tales superhéroes.

Espero haber representado bien a este Predator, el primero, el cásico, el de 1987, el que se enfrentó a quien para ese año ya era Terminator.