– Un momento, Doc, ¿Me estas diciendo que has construido una máquina del tiempo con un DeLorean?
– Yo creo que, si vas a construír una máquina del tiempo con un coche, ¿Por qué no hacerlo con clase?” 

No sólo el DeLorean tenía clase en esta película de 1985, sino también Michael J. Fox, Cristopher Lloyd y Thomas F. Wilson. Hubo un antes y un después desde el estreno de Regreso al Futuro en cuanto a la forma de hacer películas de ciencia ficción. ¿No estas de acuerdo? ¿Hola, hay alguien en casa?, ¡piensa McFly, piensa!…

Lo curioso es que esta película se rodó sin muchas pretensiones más allá que la de hacer una peli de viajes en el tiempo, paradojas temporales y entretenimiento puro, pero la cosa salió mucho mejor de lo que tenían planeado Bob Gale, el guionista y su director Robert Zemeckis. Fue tanto el éxito cosechado que se rodaron dos continuaciones más formando la que a día de hoy es mi trilogía de películas favorita y ninguna otra la ha logrado superar hasta la fecha.

La idea surgió de las neuronas de Bob Gale con una pregunta: ¿Qué pasaría si pudiera viajar al pasado y conocer a mi padre con mi edad?. La verdad es que tan sólo esa idea mola, y mola mucho. Pero lo que Doc Emmet Brown no contaba es con las paradojas temporales que los viajes en el tiempo causarían y que se ven perfectamente reflejadas en esta película: ¿Y si mi propia madre se enamora de mi? ¿Y si evito que mis padres se conozcan?…

Marty McFly es el protagonista de las dos primeras películas, un chico de 1985 que viaja en el tiempo gracias a la máquina que Doc inventó, un DeLorean (mítico) que lo trasladó al Green Valley de 1955. Y ahí comienza toda una gran aventura.

En esta figura he representado el atuendo de Marty en la primera parte, pienso que es el más característico de todos, la ropa está hecha íntegramente de pasta de porcelana así como el reloj, el pelo y el aeropatín. Si, el aeropatín, ya sé que no aparece hasta la segunda parte, pero tenía que hacerlo, es un objeto tan mítico y tan característico que lo he hecho junto junto al Marty de 1985.

¡Santo cielo! ¡Es probable que haya creado una paradoja temporal que puede destruír el contínuo espacio-tiempo acabando por destruír toda la galaxia!. No se hable más, montemos en el DeLorean, encendamos los tiempocircuitos y arreglemos la historia.

Tu amigo en el tiempo, Manu-El